Aníbal de la Beldad
Ciudad Real
El Consejo Superior de Investigaciones Científicas alerta sobre los graves problemas de contaminación que sufre el parque nacional de las Tablas de Daimiel y que han provocado la desaparición de gran parte de la vegetación acuática de este espacio protegido.
Santos Cirujano, científico del Consejo Superior y uno de los botánicos acuáticos más importantes de España, explica que la entrada de vertidos de aguas residuales urbanas que ha recibido el parque nacional ha provocado la desaparición del 50 por ciento de las praderas de carófitos que se lograron recuperar en el último año.
Estos vertidos, que se han intensificado en los últimos meses, “han arrasado” gran parte de la flora, la vegetación y la biomasa de estas comunidades vegetales, que “juegan un papel fundamental en los procesos biológicos del ecosistema acuático”.
Cirujano advierte de que el grave daño ecológico se debe a la entrada de agua “no depurada o mal depurada” que llega al parque procedente de municipios como Villarrubia de los Ojos y Daimiel que, en muchos momentos, han vertido directamente esta agua en mal estado sobre los cauces de los ríos Gigüela y Guadiana, lo que ha ocasionado que lleguen al humedal.
También recuerda que la situación actual en el parque nacional contrasta “tristemente” con la que existía a inicios de año, cuando se había observado una gran regeneración de las amplias praderas de ovas (el césped submarino) que cubría gran parte del fondo de estas tablas fluviales.
Durante 2010, cuando se registró la inundación completa del parque, las Tablas de Daimiel llegaron a tener cubierta de praderas de ovas unas 450 hectáreas de terreno, mucha de las cuales han quedado ahora “destruidas” por la contaminación del agua.
Especies del género Chara, como la hispida y canescens, han sufrido una “considerable regresión”, curiosamente, ha puntualizado este científico, “en un año en el que se debería haber producido la mayor eclosión de la vegetación”.
Santos Cirujano comenta que es “lamentable” que se sigan registrando problemas relacionados directamente con el tratamiento de las aguas residuales, más en un lugar tan sensible como el parque nacional de las Tablas de Daimiel, que forma parte de la Reserva de la Biosfera de La Mancha Húmeda.
Alerta de que la situación es “alarmante” y resalta que “el funcionamiento de un parque nacional como las Tablas de Daimiel no puede estar supeditado hoy en día a la entrada o no de vertidos contaminantes”.
El científica recuerda que episodios como este “desgraciadamente, no son novedosos”, pues se han registrado con anterioridad en años en los que, “curiosamente” el parque ha registrado altos niveles de inundación.
“En 1990 el parque nacional tuvo mucha agua y se contaminó, en 1997 ocurrió un hecho similar y el parque quedó arrasado por la contaminación, en 2004 la situación se repitió y el parque se convirtió en una cloaca y, ahora, la situación vuelve a ser preocupante”, dice.
Para el científico del CSIC es “impensable” que en todo este tiempo las diferentes administraciones con responsabilidad en la gestión de las aguas superficiales no hayan apostado “con determinación” por dar una solución definitiva a este problema.
Además, ha señalado, la Administración que tiene las competencias en materia hidráulica no está teniendo en cuenta un aspecto tan básico como el que las aguas residuales, una vez depuradas, deben tener la calidad suficiente para contribuir a recuperar los humedales que las reciben, algo que, ha matizado, “tampoco está ocurriendo”.
Seriedad
Para Santos Cirujano la conservación de los humedales requiere de un compromiso “serio” de las administraciones, que no deben mantenerse al margen de su preservación y dejar perder la riqueza que supone contar con ellos en el territorio.