MAYO DE 2013.
José “Zeca” Afonso compuso la canción Grandola Vila Morena, como homenaje a la “Sociedad Musical Fraternidad Operaria Grandolense” de la villa portuguesa de Grândola. El 17 de mayo de 1964 Zeca actuó en esta ciudad. La canción fue incluida en el álbum Cantigas de Maio. Fue la quinta canción de ese disco, que contó con los arreglos y dirección musical de José Mário Branco. El 29 de marzo de 1974, Grândola, Vila Morena fue la canción de cierre de un espectáculo de Amalia Rodrigues en el Coliseo de Lisboa. Asistieron al mismo varios militares del (MFA) Movimiento de las Fuerzas Armadas que la escogieron como señal de arranque para la incipiente Revolución de los Claveles. A las 0.20 del día 25 de abril de 1974 en el programa Limite de Radio Renascença se emitió Grândola, Vila Morena, que era la segunda y última señal para dar comienzo al movimiento revolucionario que derrotaría a la dictadura de Salazar y daría libertad a Portugal. Las fuerzas del ejército portugués organizadas por el MFA serían las encargadas de conseguir la libertad con el apoyo del pueblo que colocaba claveles rojos en las bocas de los cañones de los tanques y los fusiles de los soldados. Este 25 de abril de 2013 los portugueses han salido a la calle cantando de nuevo “Grandola” para “Que se lixe la troika”.
En España, el 1 de mayo han salido a la calle miles de trabajadores reclamando nuevas políticas para nuestro país. La situación del gravísimo desempleo, de los recortes en materia de educación y sanidad, de pérdidas de derechos laborales demanda nuevos planteamientos y propuestas. Y los sindicatos, los partidos políticos lo hacen de manera prudente y con ánimos de colaboración. Desde todas las fuerzas políticas sindicales y sociales se demanda la necesidad de un pacto. Todo acuerdo supone concesiones por las diferentes partes que lo asumen. Pero debe darse la voluntad de alcanzarlo. El PSOE está planteando toda una serie de iniciativas para el empleo de forma razonable, posible y urgente. No se deberían desechar sin más con el orgullo y el desdén con que algunos lo hacen. Hay más de seis millones de personas que las reclaman.
El momento actual es lo suficientemente grave para pedir ese esfuerzo a todos. En primer lugar al gobierno que empeñado en sus planteamientos de recortes, de reformas que representan retrocesos en todos los ámbitos debe ser capaz de asumir parte de las propuestos de los otros colectivos. Cesiones de todos para tratar de avanzar en el camino del empleo y de unas mejores condiciones de vida. Los líderes europeos de Portugal, de Francia de Italia y Grecia lo están reclamando también. Si se tiene la altura de miras que debe tener el gobernante deberíamos ponernos manos a la obra ya mismo.
La obligación de conseguir los consensos la tiene el que gobierna en estos momentos, responsable de las decisiones y políticas sociales. Evidentemente sus propuestas políticas sin más no están suscitando apoyos ni consensos porque no pueden hacerlo en la forma y en los contenidos de sus planteamientos. El PSOE ha puesto sobre la mesa una serie de propuestas concretas dirigidas a la creación y al mantenimiento del empleo. Hace falta una voluntad real por parte del gobierno de asumir las sugerencias de sindicatos, de partidos políticos de la oposición, de colectivos sociales para propiciar acuerdos capaces de mantener los servicios sociales y para generar empleo en los próximos meses. Sobre todo para generar esperanza en que es posible mejorar en los próximos meses. No podemos asumir que no pasa nada y que en el 2016 a lo mejor las cosas siguen por otro camino. Los millones de desempleados reclaman medidas urgentes y acordadas.
Si los portugueses cantan su Grandola yo creo que nosotros podríamos entonar el Canto a la Libertad de Labordeta: Habrá un día en que todos al levantar la vista, veremos una tierra que ponga libertad.
“Hermano, aquí mi mano, será tuya mi frente, y tu gesto de siempre caerá sin levantar huracanes de miedo ante la libertad.
Haremos el camino en un mismo trazado, uniendo nuestros hombros para así levantar a aquellos que cayeron gritando libertad.
Para un pan que en los siglos nunca fue repartido entre todos aquellos que hicieron lo posible por empujar la historia hacia la libertad.
También será posible que esa hermosa mañana ni tú, ni yo, ni el otro la lleguemos a ver; pero habrá que forzarla para que pueda ser”.
En estos momentos más que nunca es necesaria la respuesta solidaria, la respuesta consensuada que suscite compromisos, uniones y esperanzas colectivas.