La bicicleta es especialmente buena para la ciudad por múltiples razones: ecológicas, de salud, de calidad de vida y de muchas otras cosas que no comento ahora. Y las bicicletas son especialmente útiles en ciudades de una escala media o pequeña en las que los desplazamientos se pueden realizar en tiempos cortos y con comodidad. La prueba de ello es la existencia de ciudades centroeuropeas en las que la bicicleta se ha convertido en el transporte esencial urbano, junto a otros transportes públicos como autobuses o tranvías reduciendo al mínimo el transporte privado en coche.
Pero en estas ciudades en las que se ha consolidado esta práctica la estructura urbana ha consolidado mecanismos que lo facilitan: carriles bici que recorren toda la ciudad por todas sus zonas, aparcamientos de bicicletas en numerosos lugares, especialmente en los intercambiadores con otros sistemas de transporte público y otros servicios que facilitan y hacen amable el uso de la bicicleta. Y por ello en muchas de esas ciudades una bicicleta sencilla y barata es un instrumento esencial en la vida de las personas, en sus desplazamientos diarios.
Esta realidad queremos y desearíamos que se trasladase a nuestras ciudades españolas. Y por ello hay ciudades que han hecho grandes inversiones en la construcción de carriles bici o de aparcamientos y otras que los proyectan en la actualidad. Ciudad Real podría ser una ciudad en la que la bicicleta fuera un transporte habitual y usual para muchos ciudadanos. Y afortunadamente cada día se ven más usuarios que se incorporan al transporte cotidiano en la ciudad si bien todavía en un número más que simbólico. Pero para que ello se convierta en una realidad amplia es necesario diseñar los medios necesarios. Y uno de ellos es el de los carriles bicis. Hay zonas de la ciudad que constituyen un riesgo para la bicicleta. Las Rondas de circunvalación son uno de ellos ya que el tráfico de vehículos hace que el recorrido en bicicleta por esas zonas sea una aventura peligrosa.
Y por ello la solución de numerosos ciclistas es utilizar las aceras como recorrido seguro para sus diferentes recorridos. Incluso en lugares done se diseñaron carriles bici, un tanto especiales dicho sea de paso, como en el Parque de Gasset lo normal es que la bicicleta transite por el paseo central o por el paseo lateral asfaltado obviando el carril diseñado al efecto. No es fácil ni barato instalar en la ciudad un carril bici que permita un tránsito seguro. Pero sería necesario diseñar un proyecto que contemple esta infraestructura y su implantación año a año. Hay zonas que priorizadas lo tendrían sencillo como la unión del Rectorado con la zona universitaria, instalaciones deportivas y centros escolares de la zona. Lo que no es solución es pintar círculos de 30 que ya han desaparecido o pintar líneas en aceras que no son compatibles con ese uso. Cada vez son más las personas que se quejan de la presencia de los ciclistas en las aceras en determinadas zonas. Hay que compatibilizar los usos y sobre todo si realmente queremos potenciar la bicicleta hacer proyectos de futuro para la presencia de carriles bici en la ciudad y aparcamientos adecuados.
Si las infraestructuras fueran buenas y los incentivos desde el municipio significativos seguramente el uso de la bicicleta se incrementaría de forma notable con la ventaja que ello supondría para beneficio de todos en la ciudad.