Las relaciones sociales son interesantes siempre y son un derecho de todos, pero un deber con nosotros mismos. Son fuente de bienestar, ilusión y motivación, aprendizaje e incluso salud. Pero a menudo olvidamos que, recibir significa antes, dar y que ser escuchado es consecuencia de saber escuchar a los demás. Evidentemente, somos seres que necesitamos relacionarnos con nuestro entorno e interactuar con él. Familia, amigos, vecinos, compañeros de trabajo, de facultad, estudios o de gimnasio. Nos relacionamos con el médico, el psicólogo, profesor, conductor de autobuses y demás, por lo tanto necesitamos todos de todos y estamos para ayudarnos. Bien, a pesar que las relaciones son un pilar muy importante en nuestra existencia, no les damos el valor que tienen en su justa medida. Hay una mayor tendencia a centrarnos en nosotros mismos y olvidarnos que las personas que nos rodean y esto no es siempre positivo. La falta de práctica en las relaciones está acrecentando otro mal. El miedo al qué dirán…, el miedo al ridículo, el miedo a fracasar…, a no ser aceptado por el grupo de iguales. Dependemos demasiado de la aprobación de los demás y eso nos hace pensarnos las cosas por si nos vemos perjudicados de una u otra manera. Es miedo siempre es el culpable del fracaso de muchas relaciones antes de que nazcan y del también fracaso de otras, ya nacidas. Quizá la sociedad actual no nos ayuda, porque realmente este fenómeno no se ha fomentado y la competitividad es un valor del que nos tenemos que apartar de igual manera. Las relaciones personales son una auténtica obra de ingeniería. No basta con relacionarse y tener contacto. Es preciso el trabajar sobre ello, y para eso, a veces, tenemos que ofrecer aspectos que puedan influir de manera positiva en nuestro entorno. Casi siempre y más en la actualidad, no ofrecemos nada y siempre esperamos que nos den antes que dar. La inteligencia emocional nos ayudará siempre a conectar y establecer lazos que siempre mejorarán esas relaciones tan necesarias y sanas establecidas siempre en el marco de la igualdad y compresión.
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