Agradar, inspirar ternura o generar buen humor, son objetivos difíciles de conseguir sin una sonrisa. Basta ejercitar solo con movimientos faciales para ofrecer a los demás, la más importante y generosa de las expresiones humanas. Una de las razones por las que nos sentimos atraídos hacia personas que sonríen es por la interacción que se produce con nuestro sistema nervioso autónomo, como muchos investigadores han demostrado. Cuando vemos un rostro simpático, sonriente, liberamos endorfinas en nuestro organismo, produciendo un estado de propulsión de ese buen humor tan necesario que a veces nos hace falta. Sonreír es un antídoto contra el mal humor, una especie de gimnasia del alma que nos acompaña a lo largo de nuestra vida. Es el estímulo más poderoso del repertorio expresivo humano. La sonrisa habla de lo que sentimos, de lo que vivimos, de lo que percibimos, pero que no siempre expresamos con el lenguaje o la palabra. La sonrisa es otra especie de lenguaje muy importante, que forma parte de la llamada comunicación no verbal que los investigadores interesados en el tema estiman representa un porcentaje muy importante a la hora de establecer nexos de interacción entre nosotros. Hay muchos tipos de sonrisas, la sonrisa genuina, que es la más expresiva y auténtica, es completa y muy saludable. La sonrisa de complicidad, es la que nos proporciona seguridad porque expresa que pertenecemos al mismo grupo o la misma filosofía de vida. Revela un entendimiento estrecho y fraternal. Hay sonrisas un poco tímidas que son las que nos protegen de momentos embarazosos y es capaz de neutralizar esa ansiedad excedente o la impulsividad que no ha de salir a la luz. Hay sonrisas también vergonzosas, capaces de excusar nuestros sentimientos, pueden también generar cierta distancia crítica entre los interlocutores. Puede generar también reconciliación. La sonrisa atrevida que nos proporciona seguridad, elimina el miedo y nos hace más fuertes en nuestra autoestima. La sonrisa seductora puede llegar a desarmarnos y en el amor como se dice, sobran las palabras. Es un clásico utilizado por mujeres y hombres y hay que saber qué quiere decir. Estar preparados, conocer y finalmente compartir. Finalmente, la sonrisa produce más ventajas que inconvenientes. Siendo bien utilizada, es el perfecto antídoto para desdramatizar problemas y tener una perspectiva de la realidad algo más amable y sincera. Nos hace conectar con los demás.
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