Si somos observadores, en nuestra sociedad padecemos más ansiedad. Seguramente, y no lo digo yo, los niveles de exigencia de muchas personas es muy alto y la nueva creación de ciertas necesidades que no nos conducen a nada, quedan plasmadas en comportamientos con tintes impulsivos, sobre todo, cargados de insatisfacción personal.
Este tipo de necesidades de orden consumista, la consecución de objetivos demasiado materialistas y la educación que nuestros hijos reciben de nosotros, no se ajustan a un nivel posiblemente normalizado. Por otra parte, el mismo lenguaje que utilizamos, provocado por ciertos pensamientos, que a su vez, generan emociones diversas, no son entendidos por quien o quienes las experimentan. La educación debería ir por otros derroteros.. favoreciendo ese pequeño diálogo interior, relativizando el hecho, de manera que podríamos fortalecer emocionalmente nuestra inteligencia, de la que carecemos muchos, por ponerme el primero de la fila. Toda esa realidad que obviamos parte de nuestro interior y podría ayudarnos a mejorar nuestra atención e inteligencia práctica.
Quejarnos no nos sirve de nada, por lo que dramatizar y agrandar los problemas nos debilita mucho. La tendencia a dramatizar y magnificar lo cotidiano, no nos concede una segunda oportunidad. Es por lo que ese diálogo interior nos hará comprender las cosas desde otro punto de vista. El descontrol de las emociones provoca ansiedad, y cuando esta ansiedad se maneja mal, es entendida como una grave enfermedad y no como una señal de activación de nuestro sistema nervioso, y nada más. Otros estados anímicos tampoco nos conceden tregua alguna.
Un sistema nervioso tocado por la sinrazón, produce fuertes dolores de cabeza y sensación de angustia. Y esto hay que tratarlo cuando no puedes hacerlo tú. Las grandes expectativas, la necesidad descontrolada, es la otra manera de enfermar psicológicamente. Es la creencia de que tenemos que aspirar a mucho, que necesitamos de todo para ser felices; un buen puesto de trabajo, poseer la luna y encima ser muy guapos y elegantes. Es una grave equivocación amigos. Poco diálogo interior cuando no se consiguen las cosas, pero qué has conseguido?. Nada