Las listas de espera son un buen indicador para conocer el estado de la sanidad pública. Un indicador que debe publicarse de acuerdo con lo establecido en la Ley de Garantías de la Atención Sanitaria para que los ciudadanos conozcamos el estado de nuestra sanidad y para que los profesionales puedan adoptar las medidas necesarias para corregir posibles carencias.
Entre 2011 y 2012 se produjo un incremento de cerca del 40% de personas en lista de espera para las consultas externas y por ello el Consejero de Sanidad lo oculta y no publica las cifras. Habíamos pasado de 81.000 personas en lista de espera a 113.000 lo cual era todo un record de nefasta gestión en materia sanitaria conseguido en solo un año. Y por ello, ahora, cuando la cifra es de 95.000 personas anuncian que las listas de espera han descendido en un 16% respecto del año anterior. Lo que no comentan es que siguen teniendo un aumento del 17% respecto del año 2011. Algo tendrá que ver en eso los despidos de 2.000 sanitarios y la reducción de cerca de un 30% de camas en nuestros hospitales. Es un indicador bastante demoledor de la situación sanitaria en Castilla- La Mancha.
Pero si comparamos el dato, que no quieren publicar de las listas de espera en operaciones quirúrgicas que ha pasado de 18.562 personas con un tiempo de espera de 49 días a una lista de espera de 49.401 personas con un tiempo de espera de 157 días comprendemos que estamos en un deterior grave de la sanidad. Estos datos suponen un incremento del 270% de personas esperando a ser operadas y por tanto de un tiempo más de tres veces el que existía en el año 2011. Explicar todo esto con el mantra de la herencia recibida resulta difícil. Hay una mala gestión que incide de forma grave en un tema esencial para los ciudadanos de Castilla-La Mancha. Y prueba de ello es que la percepción de la sanidad que era positiva para un 86% hace dos años y hoy apenas lo es para un 34.
No sabemos si eso es lo que, en el fondo, pretenden. Porque cuando un consejero como el de Madrid, se permite afirmar que la administración pública no sabe administrar los servicios y que eso lo deben hacer las empresas privadas nos está desvelando probablemente sus objetivos. Lo curioso es que tanto emprendedor como hay no monten sus empresas con sus recursos y sus objetivos y acaben queriendo hacer el negocio con los servicios públicos que deben reconocerse como derechos básicos de todos y gestionarse desde los intereses comunes y nunca desde los intereses económicos y de rentabilidad empresarial.
Las listas de espera son un indicador del grave deterioro de lo público que la gestión popular de la comunidad autónoma está teniendo en temas esenciales como el de la sanidad. La Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública que nos situaba en el cuarto puesto de calidad de todo el país hace dos años ahora nos ha pasado al cuarto puesto empezando por el final. Malos tiempos para la sanidad y para los servicios públicos que parece ser el empeño de nuestros actuales gobernantes.