La actividad ecológica sigue creciendo en la provincia en todos sus ámbitos, producción, extensión y transformación, debido al aumento continuado de la demanda de los consumidores en los mercados nacionales e internacionales.
Los datos sobre superficie ecológica facilitados por la Dirección provincial de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, hablan por sí solos y confirman un incremento sostenido en Ciudad Real y Castilla-La Mancha del número de hectáreas, sobre todo en frutales y frutos secos, aunque el olivo se mantiene como una clara alternativa y la vid empieza a despuntar en el sector.
La extensión aumenta, mientras que la cifra de expedientes ha minorado, probablemente por los exigentes criterios de las convocatorias de las ayudas públicas y la disminución de las primas el pasado año.
Así, en los últimos tres años el número de solicitudes de ayuda a la producción ecológica ha registrado en la región un promedio de 7.500 peticiones, y ha alcanzado en el presente ejercicio un total de 7.652, un 0,8% menos sobre los 7.715 contabilizados en 2016, y también ligeramente por debajo de los 7.335 tramitados en 2015.
Del total, el 27,3% se corresponde con los expedientes presentados por productores de la provincia de Ciudad Real, 2.092 -el 3,5% con ganadería (76)- una cifra que se sitúa por debajo de los 2.137 del año precedente, y en el entorno de los 2.074 gestionados hace dos ejercicios.
La cifra provincial es la segunda más importante después de los 2.115 (27,6%) expedientes gestionados por titulares de explotaciones agrícolas en ecológico de Toledo, y por delante de los 1.709 (22,3%) de Albacete. Cuenca ha tenido una ligera subida y ha tramitado este año 1.406, mientras que Guadalajara alcanzó 330 expedientes, tras dos años consecutivos de suaves crecimientos (317 y 325 en 2015 y 2016, respectivamente).
Superficies
Los arqueos consultados apuntan a una clara subida de la superficie de fincas que producen alimentos de manera natural en la provincia, con 108.241 hectáreas, y un 3% de alza, la segunda subida consecutiva de este tipo de fincas. En 2016 había certificadas 105.118 hectáreas, tras crecer un 10% sobre las 98.420 ha declaradas por parte de productores ecológicos ciudarrealeños en 2015.
Dicha superficie provincial representa el 29,6% del suelo en ecológico de cereales, hortalizas, frutales, olivo y viñedo de Castilla-La Mancha, que hasta el momento alcanza 365.636 hectáreas.
En base a los recuentos a los que ha tenido acceso este medio, el crecimiento interanual también ha sido sucesivo este año, con un 3% más respecto a las 354.884 certificadas en 2016 en la comunidad autónoma.
Ese año, la extensión de producción ecológica castellana-manchega también fue mayor en comparación con la 2015, cuando se registraron un total de 336.435 hectáreas entre las cinco provincias castellano-manchegas.
Los números apuntan hacia una consolidación del sector de la producción ecológica ciudarrealeña y castellano-manchega, en el que tiene un gran potencial la superficie calificada en conversión.
Por provincias
Ciudad Real se sitúa en el puesto segundo en extensión de cultivos ecológicos, tras Toledo -con 121.287 ha-, mientras que Albacete cuenta con 82.842 ha, una vez descontado el ligero descenso respecto a las 83.029 ha declaradas en 2016.
Cuenca, en cuarto lugar, es otra de las que sigue aumentando este tipo de cultivos, con 36.860 hectáreas en total, y Guadalajara ocupa el quinto lugar, con 16.405 hectáreas, una vez ha convertido 1.500 nuevas hectáreas de producción más sostenible.
Tipos de cultivos
De total de la superficie certificada en la provincia, los cultivos herbáceos son los que acopian más tierra sin tratamientos de fertilizantes, herbicidas y biocidas de origen químico, con 28.725 hectáreas, el 34,6% del total provincial y el 26,5% del regional (108.141 h). La cifra es ligeramente inferior, un 4% menos, a la de 2016 (29.668 hectáreas), aunque está por encima de las 28.125 ha registradas en 2015.
El olivar ecológico es otro cultivo por el que los agricultores ciudarrealeños apuestan como alternativa, a tenor de los datos de Agricultura y Medio Ambiente, pues acaparan 23.728 hectáreas (28,6% de la superficie provincial declarada este año), un 11,5% de crecimiento interanual (21.264 ha en 2016), y levemente superior a las 23.070 hectáreas de hace dos años.
Estas fincas ciudarrealeñas representan el 34,8% de las 68.000 hectáreas ecológicas de olivos de Castilla-La Mancha, después de la provincia de Toledo, que encabeza la conversión de este leñoso, con 27.024 ha, el 39,7% del total.
Las tierras no auxiliables (barbechos), en tercer lugar, acumulan 17.357 hectáreas ecológicas en la provincia, y se mantiene en la media de los últimos años, pues en 2016 fueron declaradas 16.017 ha, y un año antes, 14.403 ha
Igualmente, con el 33% del total, Ciudad Real es la segunda provincia en la región con barbechos declarados como superficies de interés ecológico y que podrán ser utilizados para el pastoreo, por detrás de Toledo, con el 43,5% y 22.907 hectáreas.
El viñedo ecológico representa en la provincia un sector de importancia, por la apuesta, año a año, del cultivo respetuoso con el medio ambiente. Cuenta con la superficie más abultada de la región, 17.350 hectáreas, tras incrementos sucesivos del 3,5% y 3% en 2015 (16.278) y 2016 (16.850), respectivamente.
Esta superficie ciudarrealeña beneficiada por las buenas prácticas en el cultivo de la vid encarna cerca del 30% (29,7%) de las 58.370 ha de extensión castellano-manchega, que también registra un alza del 3% respecto a 2015 y el 12% en comparación con 2015, al repercutir subidas en todas las provincias de la comunidad en los últimos dos años..
Albacete, otra provincia de tradición vitivinícola y puntera en agricultura de conservación, acapara 16.981 hectáreas de vides sostenibles, Cuenca suma 13.208, Toledo, 10,686 y Guadalajara, 145 hectáreas.
Otro 17,7% del territorio vegetal ecológico en la provincia corresponde al pastizal (extensión de terreno con pasto o vegetación herbácea abundante), con 14.741 hectáreas, un 8% menos que la extensión declarada en 2016 (16.085), pero uy por encima de las 11.876 hectáreas de 2015.
Se trata de la mayor amplitud de tierras con este ecosistema de la región (41.472 ha) y le sigue Toledo, con 13.666 ha, por acoger territorio con dehesa.
Pero los frutos secos, con menos volumen de superficie, son los cultivos en ecológico con más futuro y potencial en Castilla-La Mancha y Ciudad Real, sobre todo el almendro y el pistacho, que se han convertido en alternativas de producción para los agricultores.
Los datos consultados así lo reflejan, por los buenos resultados de estos sistemas de gestión agrícola, que preservan el entorno y los recursos naturales, y proporcionan a dichos frutos secos una alta rentabilidad comercial.
En concreto, el total provincial ha crecido desde 2015 más del 150%, de las 2.305 hectáreas de hace dos años a las 5.816 del presente. En 2016, la extensión de frutos secos provincial ya alcanzó las 4.725 hectáreas.
Es un incremento vertiginoso pero se queda muy lejos de las 16.731 ha de superficies acogidas a ayudas para la agricultura ecológica en frutos secos de Albacete, que también ha dejado atrás las 11.043 ha y las 14.476 ha de 2015 y 2016, respectivamente.
Toledo también se ha impuesto a Ciudad Real y se sitúa en segundo lugar de extensiones de pistachos y almendras respetuosas con el medio y que ayudan a conservar la fertilidad de los suelos, con 8.051 ha, tras dos alzas seguidas, mientras que Cuenca también registra esta tendencia de crecimiento y suma 4.107 hectáreas, frente a las 1.964 que registraba en 2015.
La producción de hortalizas con destino al consumo cuentan con 497 hectáreas en la provincia de Ciudad Real, un volumen menor al ser los hortícolas cultivos estacionales y en gran parte en explotaciones familiares.
Esta extensión provincial, sólo el 0,5% del total, es similar a la de hace un año, y es superior en un 40% a la de 2016 (354 ha).
Por último, los árboles frutales cultivados dentro del concepto de la agroecología son los que menos superficie en hectáreas copan, según los datos consultados del departamento regional de Agricultura.
En concreto, Ciudad Real cuenta con 26 ha, muy lejos de las 337 ha de Albacete, y las 120 de Toledo. En estos territorios son más tradicionales las frutas de hueso, como el albaricoque, la ciruela y el melocotón amarillo, menos presentes en las provincias de Cuenca (12 ha) y Guadalajara (4ha), donde apenas tienen presencia.
En total, en Castilla-La Mancha hay sólo 499 hectáreas de frutales cultivados en ecológico, ya que es una región que acopia un escenario más óptimo para los leñosos
Productores
Respecto al número de agricultores ecológicos, Castilla-La Mancha cuenta con 8.500 que cultivan 365.636 hectáreas de este tipo de producción, 2.000 más de los registrados hace un año.
La cantidad de dinero puesta a disposición de los agricultores ecológicos asciende a 21 millones de euros, cinco millones más que el compromiso adoptado por el Ejecutivo castellano-manchego con el sector, según fuentes de la Consejeria de Agricultura.
Datos de 2015
Respecto al número de operadores, los últimos datos conocidos son de 2015 y, según las cifras del Ministerio de Agricultura Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama), la provincia tenía 2.062, un 9% más que en 2014, cuando fueron contabilizados 1.890.
Del total, 1.962 eran productores agrarios, un 8% de incremento frente a los 1.763 del año precedente, y siete comercializadores, tras aumentar en dos.
En el sector ganadero, Ciudad Real cerró 2015 con 22.119 cabezas (750 colmenas), un 8,7 menos que en 2014 (24.457); 58 explotaciones, 27 de ovino (carne y leche), diez de caprino (carne y leche), 19 de bóvidos, una de aves de corral (gallinas) y otra de apicultura.
En total, se certificaron 625 toneladas de carne, 325 t de vacuno y 292 de ovino, además de 411,9 toneladas de leche de oveja, 347,5 de cabra, 22 toneladas de miel y 1.659 huevos.
175 hectáreas de viña, olivar y pistachos en ecológico
José Manuel Casero lleva apostando en la provincia desde hace siete años por sistemas productivos que generan más biodiversidad que los cultivos convencionales.
El joven agricultor ciudarrealeño produce alimentos en ecológico en varias localidades de las comarcas de los Estados del Duque y de Los Montes de la provincia, y ya está familiarizado con los tratamientos permitidos para este tipo de agricultura, como los abonos autorizados de origen natural como el de extracto de algas, o el estiércol.
José Manuel Casero lleva apostando en la provincia desde hace siete años por sistemas productivos que generan más biodiversidad que los cultivos convencionales
Con total dedicación, Casero está al frente de sus explotaciones de cereal (70 hectáreas), viña (20 ha), pistachos (40 ha) y olivar (45) en los términos de Malagón, Fuente el Fresno y Villarrubia de los Ojos.
“Estoy en conversión del cereal a pistachos”, explica a ‘El Semanario de Lanza’, y agrega que ante la menor rentabilidad económica de los herbáceos, son muchos los agricultores que optan por leñosos más exitosos como el pistachero y el almendro.
Respecto a los costes de producción de la agricultura orgánica indica que “se supone que ahorras”, aunque “al final los gastos son los mismos”, asegura Casero, sobre todo cuando hace balance entre ingresos e inputs, en los que está repercutiendo negativamente la bajada de las ayudas públicas para los cultivos ecológicos.
“Es otro un palo” para los productores, sostiene, pues se suma a los efectos en el campo del ciclo de sequía y calor, que están haciendo estragos sobre todo en las explotaciones de secano.
La certificación para garantizar la trazabilidad
El proceso de certificación de agricultura, ganadería e industrias ecológicas en cumplimiento de la norma 834/2007 “garantiza la trazabilidad del origen de la materia primera, desde la finca hasta que llega al consumidor final”, asegura David Vaquerizo, delegado de Castilla-La Mancha (sur) de CAAE.
Vaquerizo confirma el aumento imparable de este tipo de producción agroganadera, en base a los datos de los expedientes que gestionan, tanto en en el ámbito europeo como nacional y regional.
Desde CAAE defienden la producción de alimentos en ecológico como forma de llevar valor añadido al producto y mostrar una calidad diferenciada
Según explica a ‘El Semanario de Lanza’, el servicio de CAAE ha certificado el 52% de los dos millones de hectáreas de superficie ecológica que hay en España, mientras que en Castilla-La Mancha la empresa cuenta con una cuota de operaciones entre los productores de más del 35%, así como gestiona 2.800 expedientes
Vaquerizo defiende el ágil desarrollo de la producción de alimentos en ecológico “como forma de llevar valor añadido al producto y mostrar una calidad diferenciada, además de ser una forma de defender el alimento”.
De esta manera, los precios -algo más elevados en su venta al público- serán ponderados por los consumidores “ante los beneficios que tienen para la salud y para el medio ambiente”, puntualiza el portavoz de CAAE.
“Los productos ecológicos, sostiene Vaquerizo, se tienden a igualar a otros convencionales porque hay más competencia, y por ello son más asequibles”.
Ecovalia
El Servicio de Certificación CAAE forma parte del grupo de Ecovalia, una organización sin ánimo de lucro que promueve la producción ecológica en agricultura, ganadería y la industria alimentaria, y el consumo responsable.
Además desarrolla programas formativos dirigidos a sus socios, así como a otros operadores y a los propios consumidores.
Según una portavoz de esta entidad en Sevilla, la divulgación es muy amplia y se desarrolla en diversas comunidades como Castilla-La Mancha dentro de su Plan Plurirregional de Formación en el que se abordan distintos aspectos sobre la certificación, producción y la comercialización de la producción ecológica.
En el caso del territorio manchego, la fuente consultada destaca el nivel de la producción de vino ecológico, el más alto a nivel europeo. “De hecho, tenemos un premio pionero sobre estos caldos que se denomina ‘Ecoracimo’, y la máxima afluencia es de Castilla-La Mancha”, explica.
Contra el cambio climático
Además de los convenios nacionales e internacionales de la organización para promover los sistemas de producción más comprometidos con el medio ambiente, y de su participación en foros de terceros países, Ecovalia tiene presencia en la elaboración y diseño de planes para el impulso de estas prácticas a nivel nacional y autonómico.
Una de estas líneas de fomento de la agroecología ‘limpia’ que promueve la entidad está justificada en la vinculación entre producción ecológica y la mitigación del cambio climático. “Fomentamos las cubiertas verdes para la absorción del carbono, entre otras medidas, y así luchar contra el calentamiento global”, aduce la misma portavoz.
