Este encierro, que forma parte de las fiestas patronales, es el segundo más antiguo de España tras el de Cuéllar (Segovia).
Se inicia por las calles de la villa y luego los toros se conducen al campo, donde descansarán en el paraje de la Boquilla conducidos por caballistas, hasta su subida, ya de madrugada, a San Felipe, según han señalado a Europa Press fuentes municipales.
En San Felipe pasarán el resto de la noche y luego se llevará a cabo lo que se conoce como la bajada hasta la Plaza de Toros, en torno al mediodía del día 17.
Es el encierro taurino por el campo que congrega a más aficionados no sólo de la provincia sino de fuera de ella; miles de personas se acercan a esta localidad ese día, lo que obliga al Ayuntamiento a organizar un amplio dispositivo con el fin de tratar de evitar incidentes.