El Festival de Música Folk “Tablas de Daimiel” sigue sumando años y en esta ocasión quiso celebrar su cuadragésimo quinta edición con un cartel que brillaba por la calidad y experiencia que desprendieron los grupos que subieron a las tablas del Ayala. Por segundo año consecutivo, la asociación folklórica Virgen de las Cruces lo organizaba, en colaboración con el Ayuntamiento de Daimiel y con la participación de quienes contribuyeron a su fundación, caso de Pedro Soriano, Luis Alberto Roncero o Manuel Susmozas. Fue una cita con la música, la tradición y la cultura.
Con Concha Nieva como presentadora, abría el turno de intervenciones el grupo daimieleño Puente Viejo. Siendo los más jóvenes de los que subieron al escenario. Sin embargo, no quisieron dejar pasar la oportunidad de demostrar al público el amplio repertorio sobre el que la agrupación se mueve. Un pequeño tributo a la banda Luar na Lubre, para abrir boca, que, seguidamente dio un salto de la comunidad gallega hasta Extremadura con una ‘Serrana del Caldero’. Tras ello, varias niñas ataviadas con ropas típicas las colegialas de décadas pasadas bailaron un ‘pasemisí’ al ritmo del Señor Don Gato. El grupo, se despidió con unas rabeladas de picailla, en la que los miembros del grupo se dedicaron copillas algo subidas de tono entre sí.
Aljibe
Llegaba el turno para Aljibe. El grupo, que ya había visitado el festival en ediciones pasadas, quiso realizar una pequeña muestra de su rico repertorio, influenciado por varias culturas, dada la situación geográfica del grupo. Afincados principalmente en Toledo, la agrupación recibe reflujos de la cultura musical de sus raíces manchegas, la música portuguesa e incluso el deje serfardí, animándose incluso a interpretar alguno de sus temas en dicho idioma. En palabras del grupo: “Buscamos demostrar que la música es también un medio de comunicación que nos permite viajar en el imaginario de nuestra existencia”.
Finalmente, cerraban la noche los murcianos Azarbe. Creado en el año 1999, son numerosos los discos que preceden a la historia del grupo. Precisamente, en la noche del sábado, quisieron mostrar varias piezas de su último trabajo “15 años de folk”, que recoge nuevas versiones de algunas canciones de sus primeros trabajos, así como temas totalmente inéditos. Instrumentos tan variados como el cajón, el violín, el laúd, o el bouzuki, llenaron de folklore murciano el Teatro. Jotas, seguidillas o malagueñas, fueron algunas de piezas que se pudieron escuchar, destacando temas como “Acuarelas de mi tierra” o “Amor que me das”.
Placa para Berlanga
Otro de los momentos más especiales de la noche, fue la entrega de una placa conmemorativa a Manuel García Muñoz, más conocido como Berlanga, por su implicación con el mundo del folklore a lo largo de su vida, tanto en con el festival en sí, participando como concursante y jurado, como con la música tradición en general, habiendo formado parte de numerosos grupos de folklore, y siguiendo en activo en la rondalla de mayores “Genio y figura”.