“Emocionante y expresiva” es la danza de este montaje en el que se trabaja con el concepto de la realidad-ficción, de manera que los espectadores no saben sin la bailarina que lo protagoniza es real o no “y, cuando parece que lo tienen claro”, presencian la sorprendente parte final, comentó Alicia Soto. Son varias las preguntas que se plantea el público como si la bailarina es real o ficticia, se trata de una estatua humana, está prisionera o se halla en una cárcel, expuso Soto, sobre una performance en la que laten las ansias de libertad, de salir del espacio acotado en una reflexión sobre la cuestión de observar y estar siempre observados.
Estrenado en 2008 en el IV Festival Internacional de las Artes Escénicas de Salamanca, se trata de un innovador espectáculo que refleja cómo se crea con las nuevas tecnologías, indicó Soto, para quien esta performance es “como una obra de arte en movimiento”.
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