Paula Sánchez de la Nieta Mena usa como nombre artístico el más abreviado de Paula de la Nieta. Esta joven tomellosera de dieciocho años estudia Relaciones Internacionales con Economía, en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Pero desde hace tres años está atrapada, como graciosamente dice, por “el bichito” de la interpretación; una afición, que para ella empieza a ser un trabajo. Sus apariciones en televisión enseñan el talento de una joven que lejos de subirse a un pedestal tiene los pies en el suelo y el cerebro muy bien amueblado. “Entrar en este mundo me ha permitido ser mucho más humilde y empática, ya que asumir el desafío de estar en la piel de otra persona te hace plantearte todas sus inquietudes y entenderla”, -señala-.
A Paula le encanta escribir y cantar, y también la cocina, “uno de mis pequeños secretos frikis es que me veo todas las ediciones de MasterChef, incluyendo las de Australia, EEUU, Italia…, pero soy bastante pésima y siempre acabo dejando los cuchillos y fogones a mi hermana Lucía, aunque me muera de la envidia por dentro”. Así es y así piensa esta polifacética Paula de la Nieta.
—Estás haciendo televisión en varias vertientes diferentes, apareces en anuncios, en la famosa serie Cuéntame y en un programa infantil ¿cuál es el origen de esta bonita experiencia que estás viviendo?
-Siendo muy pequeña me fijaba en las niñas que salían en la tele haciendo de personas que no eran ellas. Me ha parecido alucinante poder jugar con otras personalidades, moldearlas y hacerlas tuyas, pero era algo que yo no concebía al no estar en la capital con tantas oportunidades y no tener experiencia alguna. Sin embargo, un día de verano de 2014 decidí dar el paso inconscientemente; ojeé agencias hasta que di con la que más confianza me inspiró y envié mis datos y una foto mía de cara en su bandeja de información, sin la esperanza de recibir respuesta, pero me equivoqué; al día siguiente, los que son mis actuales representantes (en los que más confío) llamaron a mi madre para saber más de mí, aunque claro, ella no estaba enterada de la jugada, por lo que su enfado, del que ahora nos reímos las dos, fue monumental. Al final, decidí salir de mi habitación y confesar que ese batiburrillo lo había creado yo solita. A partir de ahí, todo ha sido ilusión, perseverancia, apoyo y humildad.
—Apareciste en la anterior temporada de Cuéntame y también tendrás protagonismo en la nueva que acaba de comenzar, ¿no es así?
-¡Así es! Regreso en la diecinueve temporada de Cuéntame, concretamente viajo al año 1987 y a mi barrio favorito, San Genaro.
—¿Qué ha significado para ti aparecer en una serie con tanto tirón y audiencia?
-No soy completamente consciente de que me ven más de tres millones de espectadores y que está considerada como la serie de España por excelencia. Yo lO miro desde un prisma más casero, Cuéntame es mi serie favorita desde que tengo uso de razón. Es una serie que me recuerda a hogar porque la llevo viendo con mi familia desde que se estrenó, mi padre y yo somos fans incondicionales, y nosotros consideramos a los Alcántara parte de la familia.
—¿Has tenido contacto y cercanía con los principales actores de la serie?
-Sí, he podido conocer y lo mejor, trabajar con profesionales como Ana Duato, Irene Visedo o Paula Gallego, con la que tengo trama y a la que admiro muchísimo. Sin embargo, aún no he tenido la oportunidad de coincidir con mi amor platónico y el de muchas chicas en España, Ricardo Gómez (Carlitos), aunque ya sea más bien Carlos. No obstante, no todo el mundo tiene el privilegio de tratar con uno de sus actores favoritos y por eso, yo me siento muy afortunada. Ese es Imanol Arias. Se acercó a mí de repente como Antonio Alcántara y empezó a regañarme por tratar mal a su hija. Yo estaba helada y me temblaban las piernas. Él, al ver que no me salían las palabras, se echó a reír y me abrazó.
-Tu papel en la anterior temporada era de una joven conflictiva y problemática, ¿continuarás con ese rol en la serie?
-Efectivamente. Seguiré siendo Astrid, una joven conflictiva y compañera de María Alcántara (Paula Gallego) a la que no pondré las cosas nada fáciles.
—Háblame un poco de los otros dos proyectos: los anuncios publicitarios y el programa infantil
-La publicidad es mucho más gestual y expresiva, por lo que normalmente se trabaja poco con el texto, pero un buen anuncio puede llegar a ser mágico, ya que puede conseguir emocionarte en pocos segundos. Por otro lado, un programa infantil como Jaja Show Super Lol (Disney Channel) es mucho más interactivo; en él, mi compañero Chim y yo nos encargamos de dar a conocer vídeos divertidos de tronches y escamoches a los niños, nuestros jajers. Además, pueden asistir como público y participar en juegos y retos como el mío propio: Paula-lo
—Publicidad, programa infantil y serie de televisión, ¿en qué formato te sientes más a gusto?
-Cada uno de los proyectos en los que he estado hasta ahora me han aportado muchas cosas: con la publicidad (El Corte Inglés, Hyundai…) tuve mi primer contacto con la interpretación. También aprendí lo que es un rodaje y a desenvolverme con facilidad.
Jaja Show Super Lol es completamente distinto. Aunque Chim y yo sigamos un guion, hacemos de nosotros mismos y ambos podemos interactuar con los jajers y tenemos mayor libertad de improvisación. Sinceramente, me costaría elegir, porque la publicidad, ser presentadora o interpretar un rol no tienen nada que ver. Eso sí, todos tienen algo en común: mucha experiencia y mucha gente maravillosa que conoces en el camino.
—¿Es sacrificado compaginar esta frenética actividad televisiva con los estudios?
-Mentiría si dijera que no lo es. Llevar una carrera universitaria al día y además, trabajar en algo que requiere mucho tiempo y esfuerzo es duro, pero si tienes dos amigas que te ayudan en clase y mantienes la ilusión en lo que haces, se puede llevar perfectamente.
—¿A qué actor, actriz o personaje de la televisión admiras más?
-Me cuesta decidirme, porque admiro a muchos profesionales de este sector: Imanol Arias, Luis Tosar, Meryl Streep… por ejemplo, cuando me dijeron que iba a compartir escena con Macarena García, se me cayeron las lágrimas. Es algo que había soñado más de una vez cuando me quedaba dormida y, simplemente, no me lo podía creer.
—¿Hasta dónde te gustaría llegar en el mundo de la televisión?
-No tengo límites y nunca me los he propuesto. Lo único que quiero es vivir y disfrutar lo que me está pasando y absorber todo como una esponja. Lo que venga, bienvenido sea.
—¿Cómo está viviendo tu familia todo esto?
-Con felicidad. Es bonito ver que tu hija está intentado hacer lo que le gusta y que, de momento, las cosas no le están saliendo mal. No obstante, siempre me recuerdan la frase que decía mi abuelo: “la frente no está solo para llevar el flequillo”.