“Doña Ángela parece un duende para los demás porque decide sobrevivir a unas circunstancias sociales muy duras y lo hace a través de pasadizos secretos, apariciones y mensajes, convirtiéndose en una especie de duende benigno, que genera vida”, aprecia Helena Pimenta, directora de la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC) y de un montaje, con versión de Álvaro Tato, sobre una obra en la que está “el Calderón más grande” tratando sus temas principales como el espacio, la dicotomía entre sueño y realidad, el poder, la existencia y la identidad, pero tamizado todo por la comedia, lo que hace que sea una obra con “una rareza en el sentido más original del término” ya que es “una obra diferente como comedia y nosotros hemos intentado poner en juego toda nuestra experiencia”.
Desde el jueves 6 al domingo 16 de julio, se puede presenciar en el Hospital de San Juan el estreno de esta producción de la CNTC que se suma a la celebración de “40 años de recorrido y trabajo bien hecho” en el Festival de Almagro, en el que su directora, Natalia Menéndez, está realizando una labor “maravillosa” y al que “nosotros aportamos lo mejor que tenemos”, agregó Pimenta.
Rafa Castejón, Álvaro de Juan, Marta Poveda, Joaquín Notario, David Boceta, Paco Rojas, Nuria Gallardo, Cecilia Solaguren y Rosa Zaragoza integran el elenco actoral de esta nueva propuesta de la CNTC que, tras ‘El perro del hortelano’ de Lope, ha realizado “un esfuerzo muy grande de cambio de código, con un lenguaje diferente y sigue llegando a extremos de excelencia y sorpresa para el espectador”, resaltó Pimenta, que indicó que toda la obra transcurre bajo el hálito del asombro, por un lado de la perplejidad de los personajes ante el mundo que les rodea, siendo ellos muy frágiles y construyéndose poco a poco, y, por otro, del propio espectador que se sorprende de ese viaje”.
Hacia el siglo XIX, con conexiones con la época en la que despunta el ilusionismo, se ha llevado el juego de niños, enredos, pasadizos secretos, supersticiones, velas que se apagan y se encienden de esta divertida y entretenida comedia que también llama a pensar, ya que es “muy irónica, graciosa, llega a ser sarcástica y a veces proporciona reflexiones muy serias sobre la vida y la muerte. Lo que era Calderón, un contraste constante”, expuso Pimenta, que aseguró sentirse “muy contenta y orgullosa” del trabajo realizado por la CNTC ya que no se ha buscado ir a lo fácil o apoyarse en lo repetido, sino que se ha apostado por un trabajo de investigación y “ha sido de nuevo un viaje al abismo” para disfrutar con lo que proporciona el mejor Calderón.