Aida Bañuelos García-Castellano y Luis Francisco Lancho Jiménez trabajan juntos en proyectos de vídeo, fotografía e instalaciones, pero desarrollan en solitario su pasión por la pintura, cuyas obras ahora confrontan en una misma exposición en la Escuela de Arte Pedro Almodóvar, planteando un diálogo entre lo conceptual y lo introspectivo
Lancho Jiménez propone creaciones frescas y espontáneas, muy introspectivas, en las que importa mucho el proceso creativo, los sentimientos en el taller y del trabajo, sin buscar esconder la figuración dentro de la abstracción, sino basándose en la estructura, el color, la pincelada y el gesto. Reconoce en su creación sobre lienzo referencias del informalismo como el arte de Emilio Vedova, de pintores de finales del XX como Basquiat y también de la corriente Bad Painted, que intenta salirse de lo común y de influencias visuales y representa iconos de la cultura postmoderna. Por su parte, Bañuelos presenta obras que se enmarcan en el trabajo de ambos sobre “el objeto que se humaniza y el humano que se objetiza”. Así, exhibe dos sillones pintados sobre manteles que hablan de la personalidad de quienes en ellos se sientan y una serie de dibujos abocetados sobre la vida, la muerte, el abandono y el desuso, así como el cuadro En el jardín del Edén -que recuerda a un Gauguin al anochecer y que se podría llamar Sex Tables- y una silla embarazada titulada Producción limitada.
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