“En las sombras y reflejos de lo que proyectamos ser” se centra Calderón de la Barca en ‘Eco y Narciso’, una comedia mitológica que, en una lectura contemporánea, hace pensar en cómo actualmente “camuflamos nuestra esencia dentro de un rol” en las redes sociales. A Narciso le enseñan cómo debe comportarse en la Arcadia, comportamiento del que hace gala como anfitriona Eco, cuyo rol establecido a nivel público no le deja desarrollarse como persona, comentó David Martínez, director del montaje que se podrá presenciar el viernes 14 y sábado 15, a las 22.45 horas, en el Espacio Miguel Narros a cargo de la compañía madrileña Miseria y Hambre Producciones.
‘Eco y Narciso’ es “la historia de un amor inalcanzable porque la sociedad tanto en el ámbito público como privado no deja que se alcance”, expuso Martínez. Por un lado, Liríope es una madre que, por el afán de protección, no deja que su hijo Narciso pueda desarrollare y emanciparse, y “ese amar mal” también sucede en Eco, a quien, en el ámbito público, “no le dejan desarrollarse como persona” sino que debe situarse en un rol muy establecido.
“La sociedad actual en la que vivimos está muy supeditada a los avatares que nos creamos”, lo cual es algo que “hacemos contra nosotros mismos”, apreció Martínez, que indicó que en la obra también se muestra cómo la sociedad puede desechar aquello que no le interesa o que le haga sentir que se ensucia. En este sentido, a Liríope la echan de la Arcadia, sufre la violación y “la destrozan sin que haya un resentimiento, una búsqueda de ella”.
Estreno absoluto en Almagro, la puesta en escena de la producción trabaja con la realidad aumentada, haciendo uso de una escenografía marchita que florece en los ojos del mundo arcadio como lugar bucólico, de eterna primavera y tocado por los dioses, lo cual el espectador comprueba que no es más que un artificio de los mismos miembros de la Arcadia, avanzó Martínez.
La propuesta, con versión de Elena María Sánchez, cuenta con partitura original de Irma Catalina Álvarez, inspirada en las composiciones de la época, con toques bucólicos, mitológicos y contemporáneos, y que propone una interacción de música grabada que estiliza la que se toca en directo. Para Catalina Álvarez, se trata de un texto para escuchar y para ver y Calderón con esta pieza, que es uno de los gérmenes de la ópera y la zarzuela, busca la implementación de las artes en la búsqueda de la obra de arte total.
También participó en la presentación del montaje Ana Vélez, quien, encargada de dar vida a Liríope, indicó que este trabajo está siendo muy importante para ella tanto como actriz como madre, ya que en su papel de una mujer destrozada por los abusos sufridos aparecen los miedos sobre si es correcta la protección que realiza sobre su hijo, mientras que Lara Grube, que interpreta a Eco, resaltó que ha sido apasionante poner en marcha un espectáculo “muy bello” por la conjunción de elementos artísticos y en el que está presente la asociación entre el amor, la tragedia y el dolor.
Por su parte, el valdepeñero Manuel Moya, que encarna a Narciso, perfiló el paralelismo entre su personaje y una olla exprés que no deja de llenarse y cuando llega a la Arcadia “todo estalla y se descontrola, y muy pocas cosas para bien”. Narciso es “un potro salvaje con ganas de descubrir y vivirlo todo” que aterriza en una sociedad de apariencias como la Arcadia, agregó Moya, que estima que las enseñanzas vitales a su personaje se la dan precisamente las mujeres: Su madre y Eco.