El encaje entretiene, distrae de los problemas, es bueno para ejercitar la mente y las manos, y relaja. “Con el encaje se te van las preocupaciones” entre los dedos, comentó Aurelia García Rodrigo, de Puertollano, que indicó que, como aprendió siendo niña a hacer encaje, no sabe explicar muy bien por qué le gusta, pero tiene claro que a veces “no se acostaría” por la noche continuando con el trabajo que está realizando. Lo compara incluso con “comer pipas, que no puedes parar”. En muchos de los encajes, se trabaja “como chinos”, pero como relaja y satisface, con obras que son auténticas preciosidades, te engancha, añadió su amiga Conchi, también de Puertollano, donde dicen que “hacemos joyas” de encaje.
En el IX Encuentro Nacional de Encaje de Bolillos y Bordados organizado por la Asociación de Vecinos y Cultural Santo Tomás de Villanueva, García Rodrigo recibió el Premio Especial, otorgado por la Diputación de Ciudad Real, a la Dificultad por un lazo para un ramo de novia elaborado a partir de las técnicas del encaje danés de Tonder, uno de los nuevos encajes que ha aprendido junto al ruso.
600 encajeras de diferentes partes del país asistieron a este encuentro celebrado en el Pabellón Ferial y que crece en un centenar de participantes respecto al pasado año, comentó el presidente de la Asociación Santo Tomás de Villanueva, Jaime Vélez, que agradeció el respaldo y colaboración del Ayuntamiento de Ciudad Real y la Diputación para realizar este evento con la asistencia en esta edición de personas de municipios de Castilla-La Mancha, Andalucía, Levante, Madrid y Castilla y León.
Participaron por primera vez en este encuentro encajeras de Murcia y de localidades ciudarrealeñas como Torrenueva y Luciana, así como de la madrileña de Alcobendas. Una de ellas, Mari Paz González, alzó el Premio otorgado por el Ayuntamiento de Ciudad Real a la Originalidad por un ‘camino de mesa’, un precioso largo tapete con motivos florales. El encaje “relaja muchísimo”, te evades de los problemas y “además nos juntamos, hablamos y nos lo pasamos bien”, dijo González, que expresó junto a sus compañeras de Alcobendas su satisfacción por la distinción obtenida ya que “es el primer premio” que reciben.
De los once puntos de venta de la pasada edición se pasó a los 28 de este año en los que se pudo encontrar una amplia variedad de, entre otros artículos, bobinas, tijeras, picados, almohadillas, bolillos, alfileres y dedales. Entre los objetivos de este encuentro que pasó de carácter regional a nacional debido a la demanda de participantes, se encuentra poder dar cabida a todas las encajeras interesadas en acudir que este año sobrepasaron en 200 las 600 previstas, expuso Vélez, que indicó que en el transcurso de los años se ha apreciado en este encuentro la incorporación de más jóvenes lo que permite que pervivan las tradiciones en torno al encaje.
También la alcaldesa, Pilar Zamora, expuso que el Ayuntamiento, que ayuda a la celebración del encuentro desde distintos Servicios Municipales, colaborará con la Asociación organizadora en favorecer que “nadie se quede fuera” en próximas convocatorias y se pueda dar cabida a todas las encajeras interesadas en acudir a un encuentro que hace que “Ciudad Real suene a bolillos” y ricas tradiciones. Zamora, que felicitó a Vélez por el trabajo de su asociación y recordó que el encaje es cultura pero también salud para muchas de las participantes, animó a las asistentes a regresar a unas instalaciones como las del Pabellón Ferial que en las próximas ediciones estarán “aún más bonitas”.
Así mismo, acudió al Encuentro la diputada provincial, Montserrat Castro, que consideró un “placer” ver el Pabellón Ferial “lleno de arte” con la exhibición de unos trabajos de encaje elaborados por una mujeres que están contribuyendo al mantenimiento de un valioso legado patrimonial tanto dentro como fuera de la provincia ciudarrealeña.