Este sábado, la Plaza Mayor será sede del homenaje al mítico ‘Juman Club’, con motivo de su 50 aniversario, en una jornada que llevará el lema de ‘Juventud y Cultura, una utopía hecha realidad’.
Carmen Ciudad, activista cultural y en la actualidad miembro de la Agroecología y Soberanía Alimentaria en Castilla-La Mancha (Asacam), informa a lanzadigital.com de que alrededor de un centenar de jóvenes que formaron parte de aquella iniciativa sociocultural iniciada en 1967 acudirán al acto en el que descubrirán una placa conmemorativa, a la altura del número 22 de la Plaza Mayor, primera sede de la entidad recreativa que “supuso un hito en la capital”.
Ciudad recuerda el nacimiento de Juventud Manchega (Juman) como un movimiento de “aire fresco en pleno Franquismo”, influido por el Concilio Vaticano II y por las revoluciones sociales registradas en diversos países encabezadas por Francia con el mayo del 68.
Al parecer, acudirá el ideólogo del club, Luciano González Osorio, ya jubilado y expresidente de la Federación de Ateneos en Andalucía, y otros nombres que compartieron actividades hace 50 años como Rafael Romero, Teresa Bombín, Alfonso González Calero, Francisco de los Reyes o Rafael González.
“Participó gente de distinta ideología y clase social, pero los debates fueron enriquecedores y una hubo gran eclosión intelectual”, señala una entusiasta Ciudad, que agrega que también celebrarán en el Hotel Santa Cecilia un encuentro y un debate-coloquio.
Igualmente, han previsto un homenaje a Paco Badía, director durante años del Cine Club Juman, presentarán el proyecto del libro ‘Historia del Juman Club’ y proyectarán un vídeo con fotos y recuerdos de aquel grupo creativo.
Espacio moderno
Ciudad Real explica que el club “transformó la abulia y el aburrimiento en una ilusión y ofreció un espacio moderno, culto y activo, donde los jóvenes ciudarrealeños tuvieron la oportunidad de formarse cultural y socialmente, practicando toda clase de actividades”.
En concreto, crearon un grupo de cámara y ensayo de teatro, una coral y el Coro de Madrigalistas, una tuna, conferencias y debates, certámenes literarios y premios de poesía joven, premios de fotografía, pintura y actividades deportivas.
“También fue germen de otros clubes que se constituyeron en diferentes pueblos de la provincia”, rememora Ciudad Real.