El Teatro Municipal de Almodóvar del Campo registró un lleno casi absoluto en la representación de la comedia ‘La Chismosa’ que este sábado, 11 de noviembre, ofreció la veterana compañía Producciones Candilejas en el marco de la programación de ‘Otoño Cultural’ que desarrolla el Ayuntamiento.
Virginia López, titular de la Concejalía de Cultura, felicitó al elenco de actores dirigido por José Luis Romero por la “magnífica velada que nos hicieron pasar, con una comedia muy divertida con la que hemos reído y disfrutado el numerosísimo público asistente”.
En este sentido cabe referir que el patio de butacas estuvo completo y prácticamente también plateas y primer anfiteatro, respuesta del público que también congratula a la edil, quien recalca que el “Teatro se encontraba lleno y hubo un largo aplauso al finalizar la obra”.
La munícipe también halagaba el “decorado precioso que, como me dijeron los propios actores al término de la función, era un decorado real que databa del siglo XIX”. La intención de la compañía es precisamente trasladar a los espectadores a mediados de esa centuria, en pleno romanticismo español, fechas de las que precisamente data el bello recinto teatral almodovareño por lo que en este sentido se produjo una perfecta simbiosis.
A la puesta en escena, además de los decorados en forillo y rompimientos, contribuían también los vestuarios fieles, de candilejas y una atmósfera, en definitiva, decimonónica. Para todo ello, Producciones Candilejas ha contado con un diseño de escenografía y vestuario de Morfeo Teatro Clásico.
Ángel Gonzalo, María Ángela Torres, Adrián Delgado, Isabel Justamante y Oliver Romero componen el elenco de ‘La Chismosa’, una famosa comedia estrenada en 1808, ya caída en el olvido, de Enrique de Gaspar, insigne autor del romanticismo español.
La obra muestra una singular semblanza de la España burguesa de mediados del siglo XIX, en un libreto que muestra con maestría el fresco verso de Gaspar, así como su ingenio de construcción de personajes y tramas; poniendo a prueba a la primera actriz, en una vertiginosa locuacidad, al demostrar al respetable de los perjuicios de tener una chismosa en el seno de una familia.
Una comedia de calidad, de señorones y beatas, polvo de arroz y cuello duro, con un evocador decorado clásico, divertida hasta la médula; que demuestra que la escuela y oficio de aquellos célebres cómicos decimonónicos, espejo de su época, siguen teniendo vigencia, prestigio y merecido homenaje, en estos albores del siglo XXI.
