“La vida transciende en un plano horizontal pero la mayor riqueza, como esta exposición plantea, está en el plano de las ideas, en el crecimiento espiritual del hombre”, destacó Andrés Isaac Santana, comisario de la exposición ‘El otro que lleva mi nombre’, del creador mexicano Alfredo Castañeda, inaugurada esta tarde en el antiguo Convento de la Merced.
Un total de 96 obras integran la exposición con pinturas que interactúan con poesías y que incluye documentos y fotografías, así como sugerentes textos como el más que emotivo que escribió el cineasta Gonzalo Suárez tras la muerte del autor mexicano.
De Castañeda tiene “un recuerdo extraordinario” porque fueron “muy amigos” y de su obra destacó el realizador asturiano, que acudió a la inauguración de la muestra, un componente no siempre apreciado como el humor. “Tenía una clave que prevalecía. Dentro de ese mundo secreto, cuasi esotérico” y con “esa pincelada que en los paisajes podía ser como los fondos del Renacimiento, tenía el humor de verse a sí mismo reiterado en diferentes ámbitos”, apreció Suárez, que explicó que en su propósito no estaba ser divertido o suscitar la risa, sino que es el resultado de “la mirada de gran angular con la que te ves a ti mismo con relatividad y distancia”.
Así mismo, Suárez recordó que el también director de cine Fernando Trueba le indicó que el realizador estadounidense Billy Wilder llegó a contar con una gran colección de arte que incluía obras de autores de la talla de Picasso o Miró, pero que, “en un momento determinado, quizás calculando que era mejor vender en vida que no legar, empezó a desprenderse de piezas y se quedó prácticamente con cuatro obras, de las que dos eran de Alfredo Castañeda”. Suárez lo rememoró para resaltar el reconocimiento que alcanzó en EEUU la obra de Castañeda y expresar su satisfacción por que un hombre como Wilder, al que dijo admirar, “preservara” la obra de su amigo y le tuviera como “uno de sus pintores preferidos”.
También asistió a la apertura oficial de la muestra la viuda de Alfredo Castañeda, Hortensia, quien, acompañada de tres hijos y varios nietos, consideró que a su marido le hubiese encantado esta exposición. Preguntada por cuál es su cuadro favorito, dijo que “normalmente” los suyos son aquéllos “en los que hay una pareja”, los que su marido le regalaba, con lo que, “no tengo uno, sino muchos, porque fue una historia de amor de muchos años”.
En la inauguración, participaron, así mismo, el viceconsejero de Cultura, Jesús Carracosa; la alcaldesa de Ciudad Real, Pilar Zamora; la delegada de la Junta, Carmen Olmedo; y el diputado de Cultura, Dionisio Vicente; y contó con la presencia del cónsul de México, Bernardo Córdova; y el director del Instituto de México en España, Pablo Raphael de la Madrid.
Tanto Olmedo como Carrascosa subrayaron la apuesta del Gobierno regional por convertir en una referencia el Museo de Arte Contemporáneo de Ciudad Real, propósito en el que es “un nuevo paso” la muestra sobre un autor de reconocimiento internacional como Castañeda, a quien el viceconsejero de Cultura definió como “una persona entrañable, comprometida y un gran artista”.
Todos agradecieron la colaboración de la familia de Castañeda para poder realizar esta muestra organizada desde la afectividad y el diálogo con sus familiares y sus obras, apreció Santana, que animó a dejarse seducir por “la poesía visual, escrita y en todos los niveles” latente en una exposición que puede presenciarse hasta el 20 de agosto.
