¿Se imaginan a tres prebostes del franquismo, uno de ellos el archiconocido José Utrera Molina -gobernador de la época-; otro el obispo y por supuesto la autoridad militar del momento, compartiendo asiento en una piedra al sol en Campo de Criptana?, ¿y a Carmen Polo de Franco y otras “señoras” de la alta sociedad vestidas con pieles en la inauguración de la plaza dedicada a la Virgen de las Lágrimas?, ¿y a Hemingway en la plaza de toros de Ciudad Real? Pues estos tres ejemplos no son más que un aperitivo de lo que el lector puede disfrutar en ‘Manuel Herrera Piña: fotografías de Ciudad Real de los años 50 y 60’, un “maravilloso libro”, en palabras del presidente de la Diputación José Manuel Caballero.
Dureza y ternura
La publicación, editada por la Biblioteca de Autores Manchegos (BAM), mira con dureza y ternura a la vez a una de las provincias más olvidadas de aquella España gris de la dictadura, a través de las fotografías de Herrera Piña, el primer fotoperiodista de Ciudad Real en el sentido moderno del tiempo.
“Sólo” son 182 fotos del ingente material del fotógrafo (su familia ha recopilado 300.000 negativos en blanco y negro) que trabajó para los principales medios de comunicación: los periódicos Lanza, ABC, Arriba, Pueblo, El Ruedo, Marca o La Tribuna, además de ser corresponsal de la agencia Efe, Europa Press, Fiel y TVE durante más de cuatro décadas.
Vida difícil pero no triste
Su lente fue testigo de la difícil posguerra, de aquella España del desarrollismo de los sesenta, con omnipresencia de la religión y la Iglesia y de la vida cotidiana de unas gentes pobres, de vida difícil pero no triste según se adivina en sus gestos, poses y dignidad, ya sea trillando en el campo, lavando en la pila del patio, fumando un cigarro de picadura con la boina calada hasta las cejas o bailando “agarrao” en la verbena del pueblo.
Emociona mirar este libro, resultado de un arduo trabajo de cuatro años financiado por la Diputación provincial, en el que ha participado Manuel Herrera, el hijo del artista y José Luis Loarce, director de la Biblioteca de Autores Manchegos. Gran parte del valioso material no estaba identificado y ni siquiera había sido publicado, por lo que ha habido que hacer una minuciosa selección y una investigación detectivesca posterior para localizar personas, tiempo y lugares, para lo que Loarce y Muñoz han recurrido a la hemeroteca digitalizada del periódico Lanza.
Saber lo que es España y lo que ha sido
El libro lo prologa el historiador Luis Palacios que ha participado esta tarde en la presentación. Palacios ha reivindicado el trabajo de Herrera Piña por su valor histórico, “a los españoles nos pasa algo muy serio: no sabemos lo que es España y lo que somos, y sin conocer nuestra historia no podemos ejercer como verdaderos españoles”, ha dicho. También ha felicitado a la Diputación provincial por hacer de mecenas y evitar que se pierda la historia, “una obligación para una institución de este tipo”.
Pilar Zamora, la alcaldesa de Ciudad Real, ha confesado que el libro le ha emocionado porque por fin ha podido “ver” las estampas de tareas del campo y del hogar que le contaba su abuela. Además ha elogiado a Manuel Herrera Piña, que pronto tendrá una calle dedicada en la capital.
Las lágrimas de emoción las ha puesto el hijo del fotógrafo, fallecido hace once años, al recordar cómo era su padre y su entrega a un oficio sacrificado, sin horarios ni fines de semana. Pero también ha habido sonrisas e incluso carcajadas abiertas en la proyección de un video con una selección de parte de las fotografías.
Segunda edición con los 70 y 80
El presidente de la Diputación José Manuel Caballero ha confirmado que a este libro le seguirá una segunda edición con fotografías de los años 70 y 80, que según ha reconocido está deseando ver, “ahora que se pone en cuestión esa época desde aquí quiero reivindicar esos años que hicieron posible el cambio y el progreso”. “Seguro que hay fotografías divertidísimas”.
La BAM ha editado 1.200 ejemplares que se han puesto a la venta a 15 euros. En el libro también hay una semblanza del cronista de Ciudad Real Manuel López Camarena, compañero del fotógrafo mucho tiempo, y una pequeña biografía y cronología de aquellos años.