Colosos de la venta online, libros digitales, marabunta de títulos, tiradas pequeñas, crisis económica. Las librerías hacen equilibrios en esta actualidad inestable, también para la pasta y los folios encuadernados, que se adaptan a la digitalización a través de la venta online y asumen a duras penas la “sobresaturación” de títulos y de autores, mientras que pregonan el contacto directo con el lector, la cercanía del encuentro en torno a las letras, y defienden su lugar como espacio de intercambio y nexo cultural. El gerente de la librería Serendipia de Ciudad Real, Rafael Díaz Barral, reivindica en el Día de las Librerías su papel como “gestores culturales” en una ciudad donde “cada vez la gente lee más” y “pocos se resisten al atractivo del libro”.
Las estadísticas indican que desde 2007 la venta en librerías ha bajado un 70 por ciento. Serendipia abrió en la calle Calatrava de Ciudad Real en plena crisis, cuando lo normal eran los carteles de “cierre”, y en la actualidad sin embargo puede decir que está en fase de crecimiento, aunque el negocio permanece “estable” y más ante la fuerza arrebatadora que ejercen las grandes plataformas de venta online, como Amazon o la Casa del Libro. Dispuesto a afrontar el reto, Rafael Díaz lo tiene claro: “todos tenemos que adaptarnos al mercado globalizado”, aunque admite que vender un bestseller en la red es toda una excepción, cuando Google hace su propia selección prioritaria de páginas. El otro hándicap para las pequeñas librerías son los costes de envío y “es imposible competir”.
Bajo el moderno concepto de “ebook”, la digitalización rompió la tranquilidad del papel, sin embargo, aquí ha perdido la batalla. Rafael Díaz afirma que “el libro digital está bastante estancado”, sobre todo “porque al lector le gusta tocar el papel, el olor del libro”. El efecto del simple derecho a la lectura, con su menor precio y su fácil transporte, no ha resultado suficiente, más cuando a diferencia de los libros de texto, el ebook no suele ofrecer servicios extras. El librero confiesa que “al final el papel y el ebook serán complementarios”.
Ken Follett, las redes sociales y Cataluña
El mundo digital ha inundado toda la existencia humana y también marca hoy en día las tendencias. La televisión y los medios de comunicación ensalzan cada bestseller y las obras de Ken Follett, desde septiembre con el último libro de la saga de ‘Los pilares de la tierra’, o Dan Brown con ‘Origen’ y su bestial tirada de 600.000 ejemplares en castellano y catalán, tienen miles de ventas aseguradas. “Títulos comerciales, pero buenos”, advierte Rafael Díaz.
Ahora bien, las redes sociales han conseguido que autores noveles, en editoriales independientes y con “autopublicaciones”, lleguen a tener una importante incidencia en el mercado, y qué mejor ejemplo que el curioso impacto de Srta Bebi.
Aunque, para llamativo el aumento de ventas que han experimentado los libros sobre Cataluña, como “la verdad oculta” de Francisco Marco, uno de los más vendidos del año en Serendipia, o ‘Los idus de octubre’ de Josep Borrell sobre la crisis de la socialdemocracia. De nacionalismo también habla ‘Patria’ de Fernando Aramburu, en este caso en Euskadi, que lleva ya un año en el ‘top ten’.
Harry Potter ha llegado a ser un clásico
“Los niños son grandes lectores” y uno de los principales colectivos a los que atrae Serendipia con talleres y cuentacuentos. Mientras que la venta de libros relacionados con la “educación en valores” como ‘El monstruo de colores’ o ‘Por cuatro esquinitas de nada’ predomina entre los menores, en el mundo de las aventuras y la fantasía juvenil Gerónimo Stilton no cede, ni ‘Harry Potter’, que según confiesa Rafael Díaz, “se ha convertido en un clásico atemporal”, casi como ‘El principito’.
Esto resulta muy significativo, pues el librero señala que “en la actualidad las novedades duran unos seis meses, ya que el público pronto demanda otros títulos”, de la larga lista de más de 300 que ofrecen cada semana las editoriales a Serendipia, la mayoría con pequeñas tiradas para reducir riesgos, al margen de autores u obras clásicas.
La poesía también llega al mostrador, con menos Mario Benedetti y más cantautores, y los libros en inglés, aunque pasar por Serendipia implica recorrer las viñetas de Zona 84, donde el libro del ‘Blacksad’ de Juanjo Garrido ha gustado, entre ‘Escuadrón suicida’ de DC y ‘Masacre’ de Marvel. El cómic además empieza a explorar líneas infantiles, fuera de Astérix, y ahí está ‘Scooby-Doo y sus amigos’, junto al manga de ‘My hero’.
Pero, Rafael Díaz destaca que una librería es mucho más, “es música, poesía, ilustración”, “son espacios que promueven la cultura y enriquecen la sociedad”, “un entorno para las relaciones sociales” que genera a la vez dinamismo económico, donde adquirir el mejor compañero de viaje, un libro.