La compañía The Jerusalem Khan Theatre ofrecerá este fin de semana en el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro su versión, en hebreo, de la obra de Moliére “Los enredos de Scapín”, en la primera visita que realiza esta compañía israelí a la localidad encajera y en el estreno de la obra en España.
La obra, dirigida por Udi Ben-Moshe, es una de las menos conocidas del dramaturgo francés. “Un espectáculo sobre el teatro, el arte y la poesía que se estrenó hace nueve años y sigue siendo un gran éxito en Israel, un montaje que conecta con todo tipo de público por su intenso sentido del humor” y que están convencidos de que también conectará con el público de Almagro, ha asegurado el director.
A pesar de ser una obra interpretada en versión original, es decir, en hebreo, el director ha explicado que es entendible por todo el mundo debido a la gran expresividad de los actores del reparto, tanto que es una especie de cabaret, confesaba Ben-Moshe. La compañía, que representa este montaje desde hace ocho años, reconoce que es “un desafío muy grande” presentarse ante el público del Festival de Almagro, aunque, Udi Ben-Moshe se ha mostrado confiado en que el “importante trabajo corporal” de los actores ayude a que los espectadores conecten con esta comedia, que se presenta en hebreo con sobretítulos.
Así mismo, ha comentado que se trata de una obra en la que su mensaje principal es “divertirse”, no es un Molierè tan profundo como en ‘Tartufo’ -comentaba- “una obra que en definitiva invita a hacer saltar y volar a los actores”.
Por su parte, Vitali Friedland, que interpreta a Scapin, ha mostrado su satisfacción de “hacer teatro del teatro” sobre las tablas de Almagro y ha reconocido que en la estructura narrativa de la obra se pueden apreciar los elementos esenciales de la comedia del arte, que el propio Molière utilizó para divertirse sobre el escenario cuando encarnó al protagonista.
La obra se podrá disfrutar en el Espacio Miguel Narros este viernes 21 y el sábado 22 de julio y tendrá subtítulos en español.
Sinopsis
En ausencia de sus padres, Octavio y Leandro –los jóvenes hijos de Argante y Geronte– se han quedado prendados de Jacinta y Zerbinette. En cuanto regresan los padres de los jóvenes se enteran de estas nuevas relaciones y se enfurecen, puesto que tienen otros planes de boda para sus hijos: Argante desea casar a Octavio con la joven hija de Geronte y no está en absoluto programado que Leandro, el hijo de Geronte, se case. Los jóvenes amantes están atormentados, pues tienen por seguro que van a perder a sus amados; como último recurso ante esta situación desesperante, solicitan la ayuda de Scapin, sirviente de Geronte.
Scapin, con su carisma, inteligencia y arrogancia, usa el engaño y la astucia para manipular a los padres. Gracias a la asistencia de éste y de Silvestre –criado de Octavio–, el amor y el destino se imponen. La obra termina con el clásico “Y fueron felices y comieron perdices”