Con renovadas fuerzas, tras morder el polvo y retirarse el sábado en las proximidades de Alarcos ante las tropas castellanas, llegaron en la mañana de este domingo las huestes almohades de Abü Ya’qüb Yüsuf al-Mansür para hacerse con este preciado enclave estratégico.
Exhibieron su superioridad en número y reclamaron la rendición de las tropas cristianas, extremo al que se negó el rey castellano que ya había logrado repeler el empuje almohade la jornada precedente y dirigió de nuevo la defensa de Alarcos. No obstante, sus tropas, envalentonadas por el reciente triunfo, cayeron en la trampa de atacar de frente y fueron rodeados, con la maniobra de la tenaza, por los almohades, que también mostraron supremacía en cuanto a efectivos de arqueros y ballesteros
Las cargas contra los infantes castellanos se sucedieron, también los duelos, hubo bajas en ambos lados y recuperación de heridos, pero la contienda se fue poco a poco decidiendo en favor de los almohades, lo que propició que tuviera que escapar por Villadiego Alfonso VIII, quien más tarde retomaría estos terrenos y encabezaría la victoria castellana de las Navas de Tolosa.
La recreación histórica de la Batalla de Alarcos fue seguida por el público tanto el sábado por la tarde como el domingo por la mañana con la participación de más de un centenar de personas llegadas de diversos puntos de la Península como Castellón, Valencia, Alicante, Jaén, Granada, Sevilla, Zaragoza y Lisboa que, ataviados como cristianos y almohades, transmitieron la emoción de los acontecimientos y, tras revivir los hechos, realizaron una carga conjunta en dirección a los espectadores para mostrar el ímpetu guerrero de la contienda.
A la recreación histórica, organizada por la Asociación Nacional de Caballeros y Damas de la Orden de Calatrava con la colaboración de los ayuntamientos de Ciudad Real y Poblete, se sumaron, en el bando cristiano, 32 personas de la pobleteña Asociación Cultural Puerta de Alarcos.
El encuentro, que permitió presenciar lo sucedido históricamente mediante su recreación, contó el fin de semana con un campamento en Alarcos con tiendas cristianas y musulmanas, donde hubo duelos de caballeros, tiro con arco y ensayos para aprender a usar las armas y manejarse en el campo de batalla, así como talleres de telares y pintura de escudos y espadas de madera para los más pequeños.