El BM Alarcos hará un largo viaje para asistir hoy, a partir de las 19:00, a una fiesta. El problema es que maldita la gracia que les hace a los de Javier Márquez, que tenían la ilusión de tener, a estas alturas, opciones de pelearle el play off precisamente al anfitrión de la misma, un Torrelavega que ha repetido el camino de los alarquistas la pasada temporada.
Los cántabros son, además, el equipo que más superior se ha mostrado en sus duelos con los manchegos. En el partido de la primera vuelta ganó de 11. “Nos dio un baño”, en palabras del extremo Brian Negrete. Y por ahí buscan los capitalinos la motivación para encarar este encuentro, el último de la temporada. Por ahí y por otro detalle matemático: si el BM Alarcos no regresa de vacío, conseguiría superar la marca que la pasada temporada le llevó a la fase de ascenso. Se podría decir que batiría su récord.
El chouqe será, además, el adiós para Nelson Espino y algnos otros, aunque todavía es pronto para saber quiénes continuarán y quiénes no lo harán en el proyecto de la próxima campaña.
Para el encuentro, Javi Márquez no tendrá muchas bajas, al contrario de lo que ha sucedido en muchas fases de la temporada. No estará el capitán, Jesús Herrero, que se retiró, como él quería, la pasada jornada, en el Puerta de Santa María, ante los suyos. Y tampoco podrá jugar Jorge Maestre. El joven extremo ha sufrido mucho esta campaña con las lesiones. El resto, a disposición del míster de Manzanares.
Los locales, entrenados por Diego Soto, dicen que prefieren no hacer cálculos. Los naranjas pueden ser quintos o sextos. O lo que es lo mismo, jugar contra el Zamora o el Palma. “Nostros vamos a salir a ganar”, dice Márquez, “no concibo otra cosa. Y la verdad, tampoco sé lo que yo prefiriría si estuviera en su lugar”.
Para los locales, de hecho, el choque ante el Alarcos es una especie de ensayo para lo que vendrá luego. Los alarquistas serán su “sparring”, obligados a asistir a un fiesta que no les hace mucha gracia.