Ha pasado demasiado tiempo desde que Ciudad Real desapareció del mapa de la ASOBAL. En realidad no es para tanto, apenas seis años, pero el protagonismo ciudadrealeño de aquellos tiempos contribuye a que en el mundo del balonmano, en la provincia y en España, haya casi consenso en que ha llegado el momento de que Ciudad Real recupere su sitio. La tarea, nada sencilla, recae en el BM Alarcos, que ha dado un paso al frente para asumirla. Será esta la tercera temporada del club que preside Juan Pablo Marciel en División de Honor Plata, el zaguán de la ASOBAL. El club consiguió el patrocinio de Vestas, que da nombre al equipo, y está sumando apoyos empresariales poco a poco, el último el de Hidromayoral. Cuenta con las simpatías institucionales, que no siempre se plasman en dinero, en la localidad y en la provincia. También ASOBAL y la Federación Española de Balonmano verían con buenos ojos un ascenso del Alarcos, pero eso hay que ganárselo en la pista, donde todo se complica.
Para esta campaña se da continuidad al cuerpo técnico. Javi Márquez y el BM Alarcos forman un dúo perfectamente identificable: ahora mismo no se entiende el uno sin el otro. La plantilla se ha renovado considerablemente, al tiempo que rejuvenecía: ahora solo César Beret y Róber Giménez llegan a los 30 años. Se retiró Jesús Herrero y salieron dos pesos pesados de las últimas campañas: el meta Jorge Villamarín y el lateral derecho Nelson Espino. Las incorporaciones se han realizado con cuidado, teniendo presente que el objetivo era fortalecer la defensa, reduciendo el número de goles encajados y aumentando las posibilidades de salir a la contra. Para ello, además, Márquez ha empezado a ensayar con un 5-1, defensa inédita en el BM Alarcos hasta ahora, mítica en aquel BM Ciudad Real. Desde el FC Barcelona B llegó Revuelta para cubrir la baja de Jorge. Las primeras impresiones han sido muy buenas: un portero alto, de buenos reflejos y que da bien el primer pase de contraataque. Del Cajasur aterriza en Ciudad Real el séptimo máximo goleador de la categoría la pasada temporada: Portero. Como casi todos los fichajes, es un jugador agresivo, en defensa y en ataque, donde busca las penetraciones. De no muy lejos, de Puente Genil, del Ángel Ximénez de ASOBAL, ocupará el extremo derecho Manu Díaz. De lejos, el jugador que más ha impactado en la pretemporada por su calidad en el lanzamiento. También destaca por su capacidad anotadora el lateral izquierdo Poveda, que recala en el Alarcos proveniente del Lanzarote. Para el lateral derecho, el hombre elegido tiene acento argentino, siguiendo la estela de un tal Eric Gull y Román Bravo. Se trata de Martín Molina, que jugaba en Italia antes de que el Alarcos le hiciera una prueba en abril y le citara para empezar a trabajar en agosto. Y por último, regresa Róber Giménez, uno de los artífices del ascenso a Plata, que ha jugado las dos últimas temporadas en el Alcobendas. Su polivalencia en la primera línea y calidad en el pase, pueden ser muy interesantes para Márquez.
Los recién llegados se unen a la columna vertebral del Alarcos: César Beret, Fran Vidal, Candeleda, Lumbreras, Brian Negrete, De la Cruz, Jota, Juli Granados y Victoriano Alises. Continúa, además, Maestre, casi inédito la pasada campaña por culpa de una lesión y en el que se confía mucho una vez que se recupere. Por si no es bastante, el Alarcos ha cambiado el acuerdo de filialidad del Manzanares al Bolaños. Los jugadores del equipo calatravo, que esta temporada estarán dirigidos por un ex del Alarcos, Carlos Yuste, pueden echar una mano al primer equipo. Ya lo ha hecho, por ejemplo, José García, una de las perlas bolañegas.
Con todo, la pretemporada no ha sido, en cuanto a resultados, tan buena como se esperaba. Ganó al Ikasa el primer amistoso, pero se estrelló ante un equipo mucho más poderoso, como el Atlético Valladolid. Luego, encadenó derrotas más significativas, ante el Alcobendas y el Agustinos en Alicante. Se repuso ganando al Bolaños la final del Trofeo Diputación y al Agustinos en el Quijote Arena.
En cualquier caso, es solo la pretemporada. Lo importante empieza este sábado en Nava, precisamente en el feudo de uno de los equipos que se presumen favoritos esta temporada por lo bien que se han reforzado los segovianos. ¿Más rivales? Pues bastantes, a priori. Para empezar, los descendidos Sinfín y Villa de Aranda. Para seguir, el viejo enemigo Covadonga, veterano donde los haya. Habrá que estar atentos a enclaves tradicionales de balonmano como Antequera y Alcobendas. El Barça B, aunque no cuenta para el ascenso, estará arriba y puede hacer de juez. Amenabar quiere seguir creciendo. En fin… que el camino que ahora comienza no es, ni de lejos, una autopista, sino más bien una carretera de montaña. Habrá que estar preparado para baches y curvas.