Mercedes Castellanos (Ciudad Real, 21-7-1988) comienza a partir de este 1 de agosto una nueva etapa en su trayectoria deportiva. La portera se trasladará poco más de 100 kilómetros desde la localidad de Barakaldo (Vizcaya), en donde ha militado las dos últimas temporadas en el BM Zuazo, hasta San Sebastián para jugar en el BM Bera Bera, uno de los ‘grandes’ de la División de Honor Plata Femenina.
“Voy con muchísima ilusión. Llego a un equipo que lucha por todos los títulos, por Liga, por Copa y por todo lo que juegue, este año EHF en competición europea. La pasada temporada fue segundo clasificado (tras el Atlético Guardés) y hace dos fue campeón. Veremos a ver qué tal se da”, explica la ilusionada meta ciudarrealeña, que considera este nuevo cambio “como un paso más para mí, porque Bera Bera es un equipo ganador. Creo que me va a aportar mucho más a nivel de entrenamientos y de experiencia al estar en un conjunto que opta a todo”.
Un deseo de títulos que invade a la portera, ya que todavía no ha podido levantar ningún trofeo de clubes y sumarlo a su palmarés pese a haberse quedado cerca en varias ocasiones, con la disputa de un buen puñado de semifinales, el año pasado la final de Copa de la Reina y este de la Supercopa con el BM Zuazo (que precisamente ganó el Bera Bera). Con España sí que fue campeona el pasado año del Mundial Universitario (fue elegida la mejor portera), siendo subcampeona de Europa en 2007 con la selección española júnior y cuarta en el Mundial.
En el horizonte, además, Mercedes Castellanos divisa con cierta esperanza el Campeonato del Mundo, que será en diciembre en Alemania con la presencia, por supuesto, de las ‘Guerreras’. La jugadora suma ahora doce internacionalidades y en marzo fue convocada por la selección española para disputar un doble enfrentamiento amistoso con Rumanía, que repitió, además, a comienzos de julio, pero en este caso con el equipo B. Es decir, está entre las candidatas a defender la meta en ese Mundial, aunque prefiere mantener la cautela: “Quizá estar en un equipo de arriba pueda darme algo más de posibilidades. Pero no sé qué pasará, si me llamarán o no. Lo único que puedo hacer es trabajar bien”, asegura, consciente de la autoridad que de momento ha tenido en esa posición del combinado nacional Silvia Navarro, acompañada en las últimas listas por la hispano-brasileña Darly Zoqbi.
Gran trayectoria
En cualquier caso, Mercedes Castellanos quiere centrarse especialmente en su nuevo club y si llega el premio de las ‘Guerreras’, mucho mejor. Allí en el Bera Bera espera sacar lo mejor de sí misma bajo la portería y aportar su ya buena experiencia. Porque a una temprana edad, a los 17 años, hizo las maletas para marcharse a Madrid, a jugar en el BM Alcobendas y seguir allí con sus estudios de bachillerato. “Fue un poco arriesgado irme sin tener los estudios acabados. Era una preocupación. Pero salió bien la cosa y aprobé”. Ahora es titulada en magisterio de educación física y quiere estudiar próximamente fisioterapia. “No sé que sería sin balonmano. De pequeña no me planteaba ser profesional de este deporte, me divertía, se me daba bien y seguía. De hecho, cuando fui a Alcobendas ni me lo planteaba. ¿Sin balonmano? Supongo que estaría en Ciudad Real y habría hecho magisterio porque el deporte me gusta mucho”.
Seis años estuvo Mercedes Castellanos en el conjunto madrileño, los tres primeros en la División de Honor Plata y los otros tres, después de un gran ascenso, en la máxima categoría. “Estuve muy bien, aprendía muchísimo de Luis Carlos Torrescusa, que era el entrenador. Fue una experiencia que me hizo crecer muchísimo”, apunta.
En 2011 Mercedes fichó por el Mar Alicante, en donde alcanzó dos semifinales, la de la EHF y la de la Copa de la Reina. “En teoría era un equipo no para luchar por la Liga, porque en aquella época estaba el Itxako, que era intratable, pero sí para estar arriba, pelear por Europa… Estuvimos ahí, pero salió mal la cosa por motivos de dinero. Me pilló allí la crisis total, con impagos, problemas en el club y decidí cambiar, porque no estaba a gusto”.
Entonces, un año después, llegó la salida de España. La emigración en busca de nuevas metas y, a la vez, mayores posibilidades económicas. “Sueldos muy altos cobran cuatro. El resto tenemos un sueldo normal. Es cierto que si quieres ganar dinero ahora en España no lo vas a conseguir, porque lo que hay son sueldos bajos. No se cobra lo que antes ni en los equipos que están arriba”, señala subrayando como ligas más potentes femeninas las de Alemania, Hungría, Francia, incluso, Rumanía. Precisamente en Francia, en Le Havre, fue en donde Mercedes aterrizó con ilusiones renovadas después de un duro año en Alicante. “Aprendí muchísimo en los entrenamientos con un portera muy buena, Linda Pradel. Tenía delante una portera internacional con Francia y es cierto que tuve pocos minutos y eso hizo que me fuese”. Aunque esa marcha fue tres años después de llegar a un club con el que fue semifinalista de Copa y de la Challenge Cup, además de tercera en Liga. “Siempre pensaba que al año que viene iba a jugar más, pero no era así. La experiencia fue muy buena y no me arrepiento para nada, pero irte fuera solo para eso…”.
Mercedes iba a firmar entonces por un equipo alemán de Segunda División con aspiraciones a subir a Primera. “Me gustaban las condiciones, pero el 8 de mayo me llamaron y me dijeron que había problemas con el patrocinador, que no había dinero y no me podían fichar. Me quedé tirada”. Entonces fue cuando el BM Zuazo se puso en contacto con ella y allí ha disputado las últimas dos temporadas a un gran nivel, siendo titular en la portería. “Jugamos la Challenge y tuvimos mala suerte, porque en la primera eliminatoria nos ganó el que fue luego campeón. Podíamos haber llegado más lejos”, lamenta con resignación sobre el pasado curso, en el que acabó subcampeona de la Supercopa.
A partir de agosto en el BM Bera Bera la portera aspira a cumplir su gran deseo de conseguir un título de clubes. Pero no esconde cual es su verdadero sueño como jugadora de balonmano: “Disputar unos Juegos Olímpicos. Tiene que ser espectacular”. Por eso ahora quiere trabajar al máximo en su nuevo equipo, vencer alguna competición, poder repetir en la selección española absoluta y tener la posibilidad de estar en Tokyo 2020. Es la nueva etapa que le espera a Mercedes Castellanos, uno de los máximos exponentes del balonmano ciudarrealeño femenino. Y quiere aprovecharla.
Inicio en el Marianistas
Mercedes Castellanos sabe por qué comenzó de portera. “Porque lo era mi hermano y se me daba bien”. Y comenzó en el colegio Marianistas de Ciudad Real, donde estudió, empezando a jugar con chicos hasta la categoría infantil. Después se marchó al San Francisco Javier, “porque ya no me dejaban allí jugar con chicos. Estuve a punto de dejar el balonmano en ese paso. Mi hermano me convenció y allí estuve tres años hasta que el juvenil se deshizo y fui a Torralba un año antes de irme a Alcobendas”, recuerda.
Desde infantiles Mercedes ya despuntaba tanto bajo los palos que los veranos era convocada para las concentraciones de la Real Federación Española de Balonmano. En una de ellas el técnico Luis Carlos Torrescusa fue el que le propuso cambiar de aires e irse al Alcobendas, reto que le sorprendió, pero que asumió para convertirse en lo que es ahora, una de las mejores porteras de España.
Admiradora de Sterbik, Hombrados y Barrufet, la de Ciudad Real ve lejos su retirada, pero cuando llegue “sí que me gustaría ser entrenadora, pero de porteros. No creo que a un nivel alto, pero si estoy en Ciudad Real y hay un equipo allí o en un pueblo de alrededor me gustaría ayudar y enseñar a niños. Quizá no soy la portera que mejor lo hace o que mejor técnica tiene, pero sí que me gustaría enseñarles lo que me han enseñado a mí mis entrenadores”.