ESPAÑA 4 |
RUSIA 1 |
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Silvia Aguete Outón, Isabel García Carrión, Vanessa Sotelo Quintela, Irene Samper Bilbao, Ana Sevilla Luján. Resto: María Teresa Mateo González, Cristina Pérez Gil, Berta Velasco Casals, Lucía Gómez González, Amparo Jiménez López, Patricia González Mota, Amelia Romero de la Flor, Jennifer Pedro de Blas, Consuelo Campoy Ruiz. | Redko Ekaterina, Tatiana Deripasko, Aleksandra Samorodova, Anastasia Duradina y Margarita Semenofa. Resto: Kseniya Olkova, Elizaveta Nikitina, Tatiana Kuleshova, Liana Yukhaeva, Marina Fedorova, Anastasia Ivanova, Aleksandra Chernova, Varvara byuchkova, Dina Danilova. |
ÁRBITROS
Carlos Rodrigo Miguel, Rubén Romero Candela, Eduardo López de Oliva. |
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GOLESI1-0 (3′) Irene; 2-0 (7′) Berta; 2-1 (20′) Tatiana; 3-1 (32′) Amelia; 4-1 (38′) Vanessa. | |
INCIDENCIAS Segundo partido correspondiente a la doble confrontación amistosa acordada entre las selecciones de España y Rusia, celebrado en el Pabellón Antonio Díaz Miguel de Alcázar de San Juan, ante alrededor de mil espectadores. |
Caras conocidas y estudio pormenorizado de los rivales. Es lo que tiene jugar dos partidos en dos días, que te das a conocer y ello te obliga a reinventarte para hacer daño al rival. Y eso es lo que hizo España en este segundo partido frente a Rusia disputado en Alcázar. O al menos eso es lo que dicen los hechos, porque si el martes España sufrió lo indecible para anotar el primer gol, merced a la férrea y numantina defensa rusa, el miércoles marcaba Irene en el minuto tres de partido, tras un robo de balón y una perfecta ejecución, por bajo, en el uno contra uno con la portera. Y es que, aun cuando la intensidad imprimida por ambos equipos parecía la misma que ayer, lo cierto es que las rusas parecían más dóciles. Algo de mérito tendría el juego español para llegar a tamaña conclusión. El caso es que las jugadoras de Alicia Morell dominaron de cabo a rabo el primer acto, hasta el punto de que Rusia no tiró a puerta ni una sola vez en los primeros diecinueve minutos. Un dato elocuente de la superioridad española. Desde luego no existían los nervios de Tomelloso, y mucho menos cuando en el minuto siete, una excelente presión de Ana le permite robar y alojar el balón en el fondo de la mallas, haciendo el segundo de la noche, una noche que se auguraba plácida para el equipo español, como así confirmaban las ocasiones de gol que se fueron culminando, como la que tuvo Cristina, tras una primorosa triangulación al primer toque, u otras dos de María Teresa, después de dos grandes individualidades. Incluso Cristina la tuvo de cabeza en un lance en que la portera rusa tuvo que emplearse a fondo, llegando a golpearse con el larguero y teniendo que ser atendida. La momentánea victoria española generó una gran confianza en las futbolistas españolas llevando incluso a atreverse con gestos técnicos de una calidad extrema. Sin embargo, lo que es el fútbol, en la primera ocasión de Rusia, a falta de 33 segundos para el final de la primera mitad, Rusia reducía distancias a través de Tatiana, a pase de Anastasia. Y con ese sabor agridulce, el que se degusta cuando el marcador te es favorable pero demasiado exiguo a tenor de lo visto en la pista, finalizó la primera mitad.
Y la tranquilidad que parecía haber transmitido las jugadoras españolas en la primera mitad se diluyó desde el inicio de la segunda parte, con una Rusia más entonada y en busca del empate. Aun cuando España seguía dominando el cuero, ya no se percibía esa magna superioridad. Lo notó el público alcazareño y se arrancó en ánimos a España que servían para revitalizar al equipo. El partido tenía ahora más alternativas y eso es bueno para el fútbol, aunque no lo fuera tanto para los intereses españoles. Y es que Rusia no se dio nunca por vencida, demostrando carácter y fortaleza. A pesar de esa mejoría rusa, sería España la que seguiría teniendo las mejores ocasiones, como la marrada por Cristina, después de ganar un duelo con la portera, fuera del área, y disputar al lateral de la red. El partido iba y venía como a ráfagas. Tan pronto se estancaba en un juego impreciso y de mediocampismo, como se sucedían las llegadas a las áreas de forma continuada. En una de esas rachas españolas llegaría otra vez la tranquilidad, con el gol de Amelia, en el minuto 32, un gol que fue intensamente aplaudido por la importancia en el devenir del encuentro. Pero la exaltación llegó con el golazo de Vanessa, quien tras sortear todo lo que le salía al paso, se inventó una vaselina, picando el balón en la salida de la portera rusa, cerrando el partido y culminando una gran noche de España.