A veces, lo bonito de viajar es el camino, no el destino. Durante el camino andas, te puedes caer, te puedes levantar. Llegas a disfrutar y también a sufrir. Aprendes y creces. El FS Valdepeñas ya ha recorrido la mitad del camino. Se ha caído, se ha levantado, ha disfrutado y ha sufrido. Y le ha ido bien. Muy bien. Bastante mejor de lo que en principio podía esperar. Nunca, después de 15 partidos en Segunda División, había llegado tan lejos. Y eso tiene mucho mérito. Por muchas cosas. Pero, sobre todo, porque la parte alta de la Segunda División de esta temporada es un terreno inestable, movedizo. Y Valdepeñas lleva en él desde septiembre. Un terreno en el que si llegas a ser líder, dejas de serlo en dos jornadas. Un terreno en el que encadenar dos malos resultados te acerca a los puestos donde ya no hay playoff. Un terreno en el que puedes encontrar jornadas, como la última del año, en la que Burela, Antequera y Castellón fueron capaces de perder con equipos relacionados con el descenso.
El FS Valdepeñas comenzó a andar su camino la primavera pasada. Allá por el mes de mayo. En el club lo tuvieron claro. Primero había que construir una base. Amplia y sólida. Que abarcase a toda la institución. Así lo hicieron. Despachos, banquillo y pista. Ese fue el orden. Director Deportivo, entrenador y capitán. Un fichaje y dos renovaciones. Joan Linares, Leo Herrera y Miguel Castilla “Mimi”. A partir de ahí, comenzaron las renovaciones y fichajes. En agosto la plantilla era de 13 jugadores. Luego, poco a poco, llegaron la pista azul, la pasarela para poder retransmitir partidos con público al fondo, más sillas azules en las gradas, un pequeño palco, juveniles entrenando con el primer equipo y jugando en Segunda B. Bueno. Valdepeñas no ha parado de crecer. Su imagen corporativa y su impacto económico tampoco.
Contra todos. Valdepeñas lucha contra todos por un sueño. Ya ha acabado la primera vuelta. Han sido 15 partidos, 15 pequeñas historias, 15 emociones y 52 goles. 7 tardes en el Virgen de la Cabeza y 8 viajes. Hemos vivido momentos buenos y malos. Maravillosos y nefastos. Un gol en el último minuto, jugando de cinco, para ganar a Burela. Los 10 minutos fatídicos de Mengíbar. El 4-0 al Betis, lento y silencioso, y el enfado de José Vidal con los suyos. La enorme efectividad en Noia. Los goles de Dani Santos y el regalo de verle máximo goleador. La noche en la que Zaragoza, liberó a Valdepeñas de la bonita pero pesada mochila de la Copa. El rendimiento del equipo lo agradeció. La impotencia, el episodio de la mopa y el enfado de Aurelio la tarde de ElPozo. El grito y el escudo apretado de Caio en Montilla, y los últimos malditos segundos que se volvieron a ensañar con Valdepeñas. La autoridad sobre Castellón y los aplausos de David Señoret. Las gradas vacías de Lugo. El gol de Juanan al Barcelona y el tercer líder que dejaba de serlo en el Virgen de la Cabeza. El ataque de nervios de la tarde de Rivas. El fichaje de Rodrigo, que refuerza e ilusiona. La lenta decadencia de Elche. El humo azul de bengalas en Antequera. La paz interior, la tranquilidad de Caio Alves tras su gol a Puertollano, mientras el Virgen de la Cabeza enloquecía. La hostilidad, el desabrigo en Manzanares, y la valentía de jugar de cinco los últimos minutos, porque los empates ya se le quedan cortos a Valdepeñas.
En enero comenzará la segunda vuelta. El final del camino. Las respuestas a todas las preguntas. A Valdepeñas le tocará jugar 8 partidos en casa y 7 fuera. Ese es su futuro. Seguramente, los partidos de fuera sean los que marquen su destino. Los de Burela, Sevilla, Murcia, Barcelona, Castellón y Puertollano. Los más bonitos, los más difíciles. Y es que cuando Valdepeñas juega fuera, la cosa es diferente. Es entonces cuando se ve la otra cara de la afición. Una versión más pequeña, pero más intensa de lo que se vive en el Virgen de la Cabeza. En una esquina, la que sea, del pabellón que toque visitar. Se juntan unas cuantas camisetas, azules, blancas, alguna morada. 20, 50, 100, 200, qué más da. Bombos, bufandas y los cánticos de todas las semanas. Y allí se sueña. Por allí siempre andan la alegría y la tristeza dándose patadas. Suele ganar la alegría. Motivos hay para pensar que va a seguir haciéndolo. Lo veremos al final del camino. En abril.
CONSULTA LA CLASIFICACIÓN DE LA SEGUNDA DIVISIÓN TRAS LA PRIMERA VUELTA