El CD Manchego Ciudad Real pasa por un momento delicado, por un crisis a día de hoy bastante aguda. No solo el equipo ha perdido cinco de seis partidos y es colista en solitario de la tabla clasificatoria. Lo peor de todo es que las sensaciones que transmite sobre el césped son negativas y las perspectivas de mejora en este mismo momento no parecen muy optimistas.
Lo cierto es que ahora empieza una nueva etapa tras la dimisión del entrenador Armindo, producida este pasado lunes. El técnico ha creído conveniente dejarlo en busca de un cambio de rumbo del equipo, que tiene mucho camino todavía por delante para enmendar esta situación. Solo van seis jornadas, quedan 32, todo un mundo, pero es el momento de que el club que preside Pascual Pérez, apoyado en su secretario técnico Juanma Gallardo y en el resto de directivos, acierte en nuevas decisiones trascendentes: la de elegir nuevo entrenador y la de fichar jugadores. Porque han sido varios los defectos que ha mostrado el CD Manchego en este pésimo arranque de temporada.
Proyecto deportivo
Para empezar, la viabilidad del nuevo proyecto deportivo ya se tambaleaba desde el minuto uno. El 22 de mayo, en asamblea de socios, la junta directiva anunció una deuda de más de 117.000 euros, incrementada por un préstamo de 49.500 euros pedido la temporada pasada para hacer frente a los pagos. Con este agujero económico y la prioridad de abonar ese préstamo en los próximos años, la limitación presupuestaria ha sido grande a la hora de formar la plantilla.
Armindo
El técnico que ha dimitido tiene, lógicamente, su parte de responsabilidad en este mal inicio del equipo. No le ha ayudado perderse dos semanas de pretemporada por su compromiso laboral con la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) y tampoco ha logrado dar con la tecla para hacer del Manchego al menos un equipo sólido y sin fisuras atrás. El dato es evidente, el pasado curso el equipo encajó 40 goles en 38 partidos, poco más de uno por encuentro. Ahora es el más goleado del grupo, con 12 tantos encajados en seis choques (una media de dos), y eso que el portero Sergio Sánchez ha salvado muchos más. Otro punto en contra de Armindo es haber asumido el mando de un bloque que le han dado hecho y en el que no tenía una confianza total.
La sensación, en cualquier caso, es que el porcentaje de esa responsabilidad del míster no es muy elevado y que ha trabajado a conciencia en busca de mejorar lo que tiene. Aun así, en un gesto noble, ha creído conveniente salir del equipo para que se produzca una reacción.
Plantilla corta, poca competencia
Siempre con esa contención presupuestaria de fondo, la plantilla que hay a día de hoy es muy corta. Y eso siempre resta competencia e intensidad en los entrenamientos. Los jugadores, aunque pueda ser de forma inconsciente, saben que tienen el puesto asegurado. Incluso, que no pueden lesionarse para estar el domingo al 100%. La situación se agrava con las bajas, que ha habido varias, y con partidos entre semana que han roto la programación de los entrenamientos. Y más se agrava todavía si el club ficha en el mes de junio al delantero surcoreano Seok y más de tres meses después su tránsfer no ha llegado y no puede jugar. Algo inexplicable. Tampoco está el tránsfer de otro fichaje, el de Vitor, aunque este se incorporó hace menos de un mes.
Fichajes
Los fichajes que han llegado hasta el momento a través de la dirección deportiva no han sido grandes refuerzos, más bien se han convertido en complementos. Jugadores que siempre pueden ayudar bien, pero que no dan un gran salto de calidad a la plantilla ni en juego, ni en liderazgo. El club no ha podido mantener esta temporada a jugadores importantes de la pasada campaña y los nuevos, en general, no están de momento igualándoles en rendimiento. Sólo Diego Rivas y Sergio siguen tirando sobre el campo de un bloque joven, al que en tramos claves de los partidos le quema el balón en los pies, sobre todo fuera de casa. Otros pilares como los veteranos Jesute o Camacho no han alcanzado en estas seis jornadas la condición física necesaria, al igual que sucede con otros futbolistas con más experiencia en el equipo, que pueden aportar mucho más. Y eso se está notando sobre el césped.
Cambio de campo
Uno no puede contrastar si realmente la vuelta al Estadio Rey Juan Carlos I ha sido negativa para el equipo. Pero entrenar habitualmente en césped artificial y jugar los partidos en natural debe repercutir en el rendimiento. Además, en busca de solidez, de cerrar espacios al rival y de tirar de garra, las bazas principales que puede mostrar este Manchego, mejor un terreno de menores dimensiones y con la afición encima como la Ciudad Deportiva Sur. Por no hablar, claro, de la posibilidad de contar con el dinero del bar.