Manolo Alfaro es entrenador de fútbol, pero antes de eso, fue futbolista. Como se suele decir, fue cocinero antes que fraile. Y como entendido de la materia, y después de ver mucho fútbol los últimos fines de semana, ha llegado a la conclusión de que “la actitud de esta sociedad es crítica y destructiva”, ya no solo detrás de un nickname en las redes sociales, sino en cualquier grada de cualquier campo de fútbol. Eso no quita que un espectador, como soberana que es la grada, pueda criticar o no a un equipo, pero el problema radica en las faltas de respeto, insultos graves y en atentar contra el trabajo o la dignidad de un equipo o de un cuerpo técnico.
No se refiere, ni mucho menos, a la grada del Nuevo Campo, en paz desde hace un tiempo. Se refiere, quizás, a las críticas vertidas por algunos tras ver la tabla y comprobar que el Formac Villarrubia marcha séptimo en la clasifiación y a siete puntos del objetivo del play off. “Todos queremos jugar play off, pero si no se puede, lucharemos por estar lo más arriba posible, pero que nadie dude de la implicación del equipo porque a mí me da muy buenas sensaciones”, aseguraba Manolo Alfaro mientras argumentaba que “yo les estoy pidiendo trabajo e implicación a mis jugadores y lo estamos consiguiendo”.
Mientras tanto, tras la victoria del pasado sábado ante el Marchamalo, el técnico alcalaíno señalaba que “la victoria fue merecida y creo que lo hicimos bien. Además, creo que hicimos un buen fútbol por momentos, como en el primer gol de Paco Tomás tras una bonita jugada combinativa”. Pese a la victoria tan holgada por 3-0, Alfaro comentaba que “no recuerdo en mi vida, a pesar de los resultados, un partido fácil porque el rival juega y compite” y celebraba los tantos de Paco Tomás y Rubén Moreno ya que “los delanteros son más felices si hacen goles” aunque reconocía que “la putada para el entrenador es que no puede sacar a todos cuando todos están peleando dignamente por un puesto”.
Mientras tanto, la plantilla blanquiazul continúa trabajando para preparar el partido del próximo sábado ante el Pedroñeras justo antes del parón por la Semana Santa, un partido a cara de perro que no será nada fácil ya que los conquenses se juegan casi la vida.