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29 marzo 2024
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Alba Reguillo, la deportista total

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Alba Reguillo corre junto al Embalse de El Vicario / Foto: Clara Manzano
Raúl Fernández / CIUDAD REAL
La alcazareña de 36 años se ha convertido en una de las mejores triatletas de España gracias a su enorme potencial para el sacrificio y el sufrimiento en las pruebas más exigentes de de larga distancia, capacidades que desarrolló todavía más en sus experiencias en montañas como el Aconcagua o el Kilimanjaro

Alba Reguillo Moreno tiene un don especial: una fortaleza mental que le permite aguantar a la perfección el sufrimiento y el dolor. Lo comenzó a notar siendo una niña, en la piscina de su localidad, Alcázar de San Juan, cuando braceaba con ilusión y sin cansancio para convertirse en la octava mejor de España en este estilo. Años después asimiló totalmente esa capacidad en la montaña, al adquirir la prestigiosa etiqueta de alpinista y ascender a cimas tan duras como el Aconcagua, la montaña más alta de América (6.960 metros), o el Kilimanjaro, la más elevada de África (5.891 metros). “Ahí me dí cuenta que se me daban muy bien los deportes de resistencia y de fortaleza mental”, dice a la vez que recuerda que en el Aconcagua “hice cumbre casi sin experiencia. Mi cuerpo se aclimata muy bien a la altura, era de las pocas que dormía a 5.000 metros de altura, donde te duele la cabeza bastante. Pero tengo una genética muy buena y eso con la fuerza mental te ayuda a estar días y días sufriendo, con ganas de vomitar, con miedo a una avalancha, con congelaciones, llega un momento que no sientes los dedos…”. Lo pasó mal, bastante mal, pero lo superó con éxito para alcanzar la cima.

Apoyada entonces en esa genética apropiada, en esa capacidad de sufrimiento y, por supuesto, en una incontrolable pasión por el deporte, Alba Reguillo buscó hace tres años nuevos retos. Y los encontró en el triatlón, la modalidad deportiva que combina por este orden la natación, el ciclismo y la carrera. Y en su primera prueba, un triatlón de media distancia en Sevilla (1.800 metros de natación, 90 kms de bici y una Media Maratón a la carrera), finalizó segunda clasificada tras Ana Ruz. Como pensaba, este deporte se le iba a dar muy bien, hasta el punto de proclamarse posteriormente varias veces campeona de España por grupos de edad en Media Distancia. “Siempre se me ha dado bien correr, no he sido atleta, ni entreno como atleta porque tengo delicados los tobillos, pero es mi mejor posta, soy de las mejores de España (tiene 3:05 en el Maratón de un Ironman). La natación también se me da bien, aunque no soy de las mejores. Y la bicicleta es echarle horas y horas”, cuenta.

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Alba Reguillo posa para Lanzadigital / Foto: Clara Manzano

Su reto alcanzó entonces cotas más altas, apoyándose en sus experiencias en las montañas. “La montaña es un punto a favor para sobrellevar un Ironman”, comenta, porque en este tipo de carreras, el triatlón de larga distancia (3,86 kms de natación, 180 kms de ciclismo y 42,2 km de carrera a pie), puso su mirada Alba Reguillo tras pasar a la categoría élite y conseguir en octubre del 2016 un bronce en el Campeonato de España disputado en Ibiza, además de situarse en la tercera posición del ránking nacional. “No me lo esperaba. Hice un carrerón, en 30 kms llegué a alcanzar a la que iba tercera con más de 25 minutos de ventaja. Llegué con mis padres, mi madre estaba malita y que me viera arriba en el hotel desde donde se veía la meta fue muy grande”, relata con orgullo, el que también le dio alcanzar la cima del Aconcagua y, después, finalizar en este pasado mes de octubre la carrera más dura que ha disputado hasta ahora, el Mundial de Ironman en Kona (Hawaii).

Porque estar en esa cita de Hawaii era su objetivo después de competir con muy buenos resultados en hasta nueve triatlones de larga distancia, pese al importante inconveniente que tiene con respecto al resto de competidoras que son profesionales. “Yo trabajo ocho horas al día y en este deporte hay que entrenar mucho y sacar mucho tiempo. Con las cuatro horas que le dedico (casi los siete días de la semana) me quedo corta”, explica una Alba Reguillo muy contenta con su actividad laboral en el Centro Deportivo de Salud Global Center de Alcázar, en donde todos disfrutan de las lecciones y enseñanzas de una deportista de élite. “Doy clases de spinning, zumba, cardiobox, body pump… También estoy en la sala de pesas y hago entrenamientos personales para gente con problemas de salud. Algo sirve en mi entrenamiento. Me ayuda a tener una capacidad cardiovascular buena, a fortalecer piernas y caderas. Pero si tengo que dar cuatro horas por la tarde de clases, no puedo hacer una tirada larga de bicicleta porque, literalmente, me muero”.

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Alba Reguillo / Foto: Clara Manzano

Alba Reguillo se puso al volante de su coche y a finales de agosto del 2016 condujo en solitario hacia la localidad francesa de Vichy, en donde se jugaba la plaza para su objetivo: ese Mundial de Ironman de Hawaii de 2017. Y allí consiguió ese billete tan deseado al quedar segunda en su grupo de edad y duodécima de la general con un tiempo de 10:11.42. “Estaba capacitada para bajar de 10 horas, pero fue un viaje muy largo, llegué con retraso por atascos y apenas dormí dos horas. Sufrí muchísimo en carrera, pero logré la clasificación”. Así se convirtió en la primera deportista manchega que iba a disputar ese Mundial, la prueba Ironman (una marca privada) más famosa del planeta y en la que desea competir todo triatleta. Alba se clasificó por la categoría de grupo de edad como mejor española en Vichy, porque hacerlo como profesional “no me lo puedo permitir económicamente. De esa manera tienes que pagar una licencia y correr varios Ironman, cuya inscripción cuesta unos 600 euros”. Precisamente la alcazareña lamenta la falta de patrocinadores: “En 2016 hice un temporada increíble y este año he tenido menos apoyos”.

Ahora corre para un equipo de Navarra que le paga las estancias y viajes en pruebas nacionales, pero no en las internacionales como ese Mundial de Kona, celebrado a mediados del pasado mes de octubre y en el que disfrutó tanto del ambiente como de la carrera: “Fue un ambiente increíble. Todo el mundo haciendo ejercicio, de buen rollo… Son competiciones sin rivalidad, quieres ganar a la gente, pero sobre todo la rivalidad es contigo mismo, hacer un buen papel, terminar bien. Quería disfrutar cada segundo”. Y, pese a que sufrió a lo grande por las condiciones, selló una excelente actuación con la duodécima plaza en su categoría de 35-39 años, siendo la primera española clasificada por grupos de edad.

EL MUNDIAL DE HAWAII, EL IRONMAN MÁS DURO
Alba Reguillo no duda en asegurar que el Mundial de Ironma de Kona (Hawaii), “es de las pruebas más duras que pueden existir”. “Es una carrera fea, la isla de Hawaii es preciosa, pero el recorrido es todo por una carretera, con lava volcánica alrededor. Psicológicamente es muy duro porque ves una recta. Luego hay un viento lateral muy peligroso cuando vas en la bicicleta, a ráfagas. Y corriendo hace un calor que te mueres. Cada kilómetro y medio te dan agua y hielo, puedes así ir bajando la temperatura porque si no no podrías aguantar. Es una maratón horrible por el calor y las rectas interminables. Pero es genial que sea duro, porque a los que tenemos la cabeza capacitada para el sufrimiento, llegar a meta después de haber sufrido es toda una recompensa moral”. La triatleta alcazareña tiene claro que “en un Ironman vas a sufrir sí o sí. Te van a doler las rodillas sí o sí. Te van a aparecer ampollas sí o sí. Tienes que aprender que va a ser una competición en la que vas a estar con dolores. Yo considero que aguanto muy bien ese dolor”, por eso pide cautela a todos aquellos que se creen que pueden completar esta carrera fácilmente: “A algunos se les está yendo literalmente la pinza. Se piensan que es fácil un Ironman, en seguida lo hacen y se pegan un palazo increíble. Hay que tener cabeza y estar muy preparado”.

 

Alba Reguillo posa en Kona Hawaii antes de competir en el Mundial de Ironman
Alba Reguillo posa en Kona (Hawaii) antes de competir en el Mundial de Ironman

Con ese objetivo y deseo plenamente cumplido, ahora Alba Reguillo vuelve a ponerse nuevos retos, algo que ha sido su motor a lo largo de su vida y su trayectoria deportiva. “Mi ocio es el deporte. No entiendo unas vacaciones en la playa tumbada, no es mi estilo. Soy adicta a la actividad física. Sí que salgo por la noche a tomar mis cervecitas con mis amigos, a ver conciertos… Pero el estilo de vida sano me gusta mucho más que otro tipo de ocios”.

Y por ello tiene “muchos sueños, porque nunca hay que dejar de soñar” para el 2018, año en el que quiere repetir clasificación para el Mundial de Hawaii de 2019, “para ir allí a muerte, no tan precavida como este año, voy a ir arriesgar y a intentar hacer un muy buen papel en Kona”. También buscará el objetivo de proclamarse campeona de España en Triatlón de Larga Distancia, coger podio en Media y comenzar a correr pruebas de Trail. “Si me respetan las lesiones y entreno bien, veo que puedo hacer podio en Campeonatos de España de Trail y ojalá pueda ir con la selección española a un Mundial de trail”, finaliza una deportista ejemplo para todos. Una deportista total.

“EL DEPORTE ME HA CONVERTIDO EN UNA GUERRERA”
La alcazareña, licenciada en Ciencias de la Actividad Física y Deporte, vive por y para el deporte. Ella misma así lo reconoce: “De pequeña era superintrovertida, con mucho miedos y gracias al deporte me he convertido en una guerrera. Es lo que más me enriquece, más fuerte me hace y en lo que creo que más puedo aportar a la gente”. De hecho, Alba Reguillo cree que “mi ejemplo se está siguiendo para muchas mujeres enfermas, algunas de ellas alumnas mías. Sé que les ayudo y gracias a que soy así mis clases tienen mucha calidad, soy muy perfeccionista con mis clases y eso me lo ha dado el deporte”. Es allí en Alcázar de San Juan en donde Alba disfruta con su trabajo y se siente muy querida “por mi gente. Cuando compito allí me siento la mujer más especial del mundo. Me ilusiona mucho que los niños pequeños de mi pueblo se quieran hacer fotografías conmigo. Ya no por el hecho de que seas un poco famosa, sino de que les sirvas de ejemplo para que practiquen deporte y no se metan en otro tipo de cosas”. Tanto reconocimiento tiene en su localidad, que este año ha sido la pregonera de la Feria y Fiestas de Alcázar. “Me siento superorgullosa de mi pueblo. No hay mayor orgullo que ser la primera mujer deportista en dar el pregón”, comenta y apunta, además, que tiene planes para el triatlón alcazareño: “Quiero organizar un Campus para niños pequeños en verano. Esperemos que ahí empiece el interés en sacar una escuela”, concluye.
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