Raúl Fernández
Con 14 años recién cumplidos, Nidia García Moya lleva practicando el karate desde los cinco. Es verdad que al principio no le apasionaba y poco después decidió dejarlo. Fue algo pasajero. Su hermana comenzó a participar en competiciones de este deporte y el gusto por el tatami resurgió con mucha fuerza en la joven de Valdepeñas, que volvió a entrenarse con más ganas todavía. Y fue un acierto. “Menos mal que volví, si no me hubiera perdido todo esto”, dice.
Nidia se refiere a lo que le ocurrió el viernes pasado en Sofía (Bulgaria), en el Campeonato de Europa Cadete, Junior y Sub-21 de karate, en el que se colgó la medalla de plata en la categoría cadete de kumite -47 kilogramos. Con dos títulos de campeona de España ya en su palmarés, en la categoría infantil en 2014 y en la cadete en 2016, Nidia vivió en Bulgaria su primera gran competición internacional defendiendo a España, consiguiendo ese sensacional subcampeonato.
“Iba con el objetivo de medalla, porque había trabajado mucho para ello. Aunque también quería disfrutar de mi primer Europeo”, dice Nidia García, que entrena en el club Okinawa de Valdepeñas a las órdenes de Vicente Antequera. Y lo hace casi a diario, de lunes a viernes durante unas dos horas, además de las competiciones de los fines de semana o los entrenamientos con la Federación de Castilla-La Mancha. Un enorme sacrificio que ha tenido recompensa para la joven.
“Antes de comenzar a competir en el Europeo estaba nerviosa, llegué a pensar que el primer combate lo iba a perder. Pero logré ganar a una rival (la suiza Amelie Vogelin) que iba a ser la más complicada. A partir de ahí gané confianza y ya sí creía que podía ganar a las demás”, explica. De esta manera, Nidia fue pasando rondas, venciendo a la rusa Angelina Samokisha por 6-0 y a la húngara Hedvig Borbas por 4-3. Llegó entonces la semifinal, con la escocesa Amiee Pollard como contrincante, a la que venció por 1-0. La medalla ya estaba asegurada con el pase a la final. “Cuando conseguí ganar este combate salí llorando”, dice con cierta emoción recordando ese momento.
Y en esa final Nidia estuvo cerca de batir a la moldava Polina Hurenko, pero terminó perdiendo. “Cuando acabó el combate sí que estaba un poco enfadada por perder el oro. Pero con el paso de las horas me fuí alegrando. Me dí cuenta de que había conseguido la plata en mi primer Europeo”, sentencia.
Esta gran promesa del karate no parará ahora. Seguirá entrenando duro, como siempre, de cara a los Regionales, a una nueva fase del Campeonato de España y a alguna competición fuera del país. Pero no esconde lo que tiene en mente como gran objetivo: el Mundial de la categoría que será en Tenerife en el mes de octubre. Allí quiere repetir el éxito conseguido en este pasado Europeo. Y, con su esfuerzo, tendrá opciones de conseguirlo.