Los precios del melón y la sandía no terminan de despegar para desesperación de agricultores y comercializadores de Castilla-La Mancha. La Lonja Hortofrutícola, celebrada este miércoles en Manzanares, confirmó que el melón extra empieza a rondar entre 0,21 y 0,24 euros en el mercado, pero que el de primera y segunda categoría no supera los 14 céntimos, y que la sandía apenas llega a los 10 céntimos.
El presidente de la Interprofesional, Cristóbal Jiménez, ha confirmado este jueves a Lanza que a pesar de la cierta subida que ha tenido el melón extra, la valoración “todavía es muy, muy negativa”. La campaña del melón y la sandía sigue con precios en el mercado por debajo de los de coste, lo que hace temer que algunos agricultores lleguen a “arruinarse”.
El representante de productores y comercializadores ha sido especialmente crítico con las grandes superficies, por la utilización del melón y la sandía como “productos reclamo” a costa del agricultor. “Si lo que quieren las grandes superficies es cargarse el cultivo, lo van a conseguir”, ha expresado.
Cristóbal Jiménez ha destacado que el consumidor tiene que saber que poner en circulación el melón y la sandía de Manzanares, Membrilla, Cinco Casas, Argamasilla de Alba, Llanos, Tomelloso o Villarta de San Juan, desde el cultivo hasta la comercialización y envasado, cuesta 45 y 34 céntimos respectivamente.
Sin embargo, con publicidad en la mano, Jiménez ha señalado que “algunas grandes superficies, que son las que controlan los mercados, están ofertando el melón y la sandía al mismo precio de coste”. A juicio del representante de la interprofesional, estas ofertas “son un reclamo para que la gente vaya a llenar el carrito de la compra”, en detrimento también del pequeño comercio, “que no puede competir con estos precios”.
La Interprofesional teme la “ruina” del sector productor
Hasta el momento la venta de melón está cubriendo el dinero invertido en la producción en un 50 por ciento, mientras que la sandía en un 35 por ciento, y solo en el caso de los productos de primera categoría. De hecho, Cristóbal Jiménez admite que “sólo hace falta darse una vuelta por el campo para contemplar que en algunos sandiares no han cortado ni una sandía”, porque recogerlas supondría más pérdidas.
Cristóbal Jiménez ha destacado que “quien vende a esos precios está achicharrando al agricultor y al comercializador”, y ha subrayado que la Ley de la Cadena Alimentaria tiene que “controlar y vigilar que no haya ventas a pérdidas”, porque este cultivo social que genera “alrededor de 550.000 jornales de trabajo anuales en Castilla-La Mancha” puede hundirse.
Por eso, la organización ha hecho un llamamiento a las administraciones “para que controlen los mecanismos de la cadena alimentaria mediante la aplicación de las nuevas herramientas”, para poner fin a unos desequilibrios “inaceptables” y “gravísimos” para el sector hortofrutícola. Y también ha pedido “responsabilidad” a todos los eslabones de la cadena.
Para la Interprofesional del Melón y la Sandía, la principal preocupación no es que los agricultores dejen de sembrar porque no sea rentable, sino “que dejen de cultivar porque se han arruinado”. Así pues, una hectárea de sandía supone una inversión de entre 9.500 y 10.500 euros para empezar a cortar.
La campaña del melón comenzó por los suelos
La campaña del melón comenzó hace ya tres semanas con malas perspectivas, dado la coincidencia en los mercados del producto de la campaña murciana, retrasado debido a la climatología, y al adelantamiento del castellano-manchego.
Por su parte, las temperaturas bajas y la lluvia en el norte de Europa provocaron que la exportación de sandía disminuyera, cuando representa un importante porcentaje de las ventas. “En la actualidad no tenemos suficiente con la sequía de España, sino que tenemos que mirar el tiempo que hace en el resto de Europa”, ha señalado Jiménez.
Sin embargo, será el melón de España el único del mundo que llene los mercados en los próximos dos o tres meses, hasta la entrada en octubre del procedente de Senegal, por lo que los precios deberían experimentar un ascenso, aunque no hay demasiadas esperanzas en este sector con 2.200 agricultores deseosos de competir en calidad con beneficios dignos.