Si antes de la crisis, los españoles no éramos precisamente dados al ahorro, durante los últimos años la situación no ha mejorado especialmente. Esto no es debido a la falta de voluntad, sino a que las condiciones laborales de muchas personas se han recrudecido, haciendo cada vez más complicado llegar a fin de mes. No obstante, uno de los ámbitos en los que es posible ahorrar, y afecta prácticamente a cualquier persona, es nuestra entidad bancaria. En este artículo, vamos a explicar una serie de consejos para ahorrar con tu banco de una forma sencilla y eficaz, para lo que hemos consultado a los expertos del comparador bancario online Busconómico.com.
Examina las comisiones y compara con otros bancos
Si eres un cliente antiguo de tu banco, es posible que las condiciones contractuales de tu cuenta estén igualmente anticuadas. Una gran cantidad de entidades bancarias llevan años reduciendo o eliminando las comisiones en varias operativas y conceptos relativamente frecuentes. La domiciliación de la nómina puede suponer, por ejemplo, la eliminación de las comisiones de mantenimiento y administración, la gratuidad de las tarjetas o de las transferencias nacionales y europeas. Sin embargo, un rápido vistazo a las diferencias entre las principales instituciones bancarias nacionales te permitirá comprobar que no todas tratan igual de bien a sus clientes, ya se trate de trabajadores, pensionistas o estudiantes.
Unifica el uso de tarjetas de crédito
Cuantas más tarjetas de crédito tengas, más probabilidades de que excedas el límite de crediticio en varias de ellas y tengas que pagar los correspondientes intereses, los cuales, por cierto, son los más elevados de entre todas las herramientas de financiación bancaria. Además, en caso de tener que pagar costes de mantenimiento y renovación, deberás costearlo tantas veces como tarjetas tengas. En lugar de llenar tu cartera de tarjetas, reduce la selección a una tarjeta de débito y una tarjeta de crédito. De esa manera, te asegurarás de que pagas el mínimo de comisiones y, en caso de alcanzar un límite de crédito, te será imposible endeudarte más con el uso de una segunda tarjeta que ya no tienes.
Cierra las cuentas en desuso
Con el paso del tiempo, es posible que hayas ido abriendo cuentas corrientes en diversas entidades. Las ofertas de captación de clientes de las entidades bancarias pueden haber llamado tu atención y, con la excusa de beneficiarte de un depósito altamente remunerado o algún atractivo regalo en especie, puedes haber terminado con varias cuentas corrientes que apenas usas. El mayor problema de la existencia de esas cuentas es que, poco o mucho, suelen generar algún tipo de coste de mantenimiento. Si lo dejas pasar año tras año, ese regalo que obtuviste a cambio de abrir una cuenta corriente en el Banco X podría terminar saliéndote muy caro.
Evita los cajeros ajenos en los que te cobren comisión
Este tipo de problema suele afectar a los clientes de bancos minoritarios. Estas entidades han hecho lo posible por generar alianzas entre ellas o con entidades algo mayores, con el objetivo de que sus clientes pudieran sacar dinero a débito de una red de cajeros plural más amplia. Sin embargo, no siempre es posible encontrar una oficina cercana. Lo cierto es que, cueste lo que cueste, hay que hacer lo posible por evitar sacar dinero en aquellos cajeros en los que se cobre una comisión por un reembolso a débito, dado que, proporcionalmente, el interés pagado suele ser muy elevado. Si se trata de una circunstancia totalmente anecdótica, puede no tener apenas impacto sobre nuestro bolsillo, pero convertirlo en un hábito terminará por generar un agujero en él.
Evita los pagos a plazos
Una de las mayores tentaciones ligadas al hecho de disponer de una cuenta corriente con tarjeta de crédito es el uso de la misma para pagar a plazos nuestras compras. Con el pretexto de facilitarnos el pago de las mismas en “cómodos plazos”, nuestra entidad bancaria se encarga de sugerirnos y recomendarnos aplazar la liquidación de los pagos. Por muy atractiva que esta idea pueda parecer, lo cierto es que la cantidad de intereses que terminamos pagando no compensan de ninguna manera la supuesta comodidad y flexibilidad que obtenemos con la financiación.
Sustituye las operativas con comisiones por alternativas gratuitas
Dependiendo de las condiciones contractuales de tu cuenta, es posible que debas pagar por el cobro de cheques, la realización de transferencias o el uso de la banca online. Si no eres capaz de encontrar otra entidad que te exima de estas comisiones o, por algún motivo, es preferible que no te desvincules de tu banco actual, lo más recomendable es que intentes encontrar alternativas a dichas operativas. En el caso del cobro de cheques, quizá tengas que solicitar que se te pague por transferencia o en efectivo. Con respecto a la realización de transferencias, siempre puedes acudir tú mismo a una oficina de la entidad bancaria de destino y hacer el ingreso. Con respecto al uso de la banca online, puede que no te quede otro remedio que prescindir de ella.
A la hora de tomar este tipo de decisiones, la clave radica en valorar adecuadamente el ahorro que te suponen frente al impacto económico que implique tener que buscar otras alternativas. Por ejemplo, si para prescindir de realizar varias transferencias, te ves obligado a pasar toda una mañana yendo de un banco a otro, deberás comprobar cuánto dinero habrías ganado trabajando a lo largo de esas horas. Si la cantidad es inferior a la que ahorras, entonces has tomado una gran decisión. Por el contrario, si las molestias te impiden ganar más dinero trabajando que el que logras ahorrar, entonces será una mala decisión.
Estas son algunas de las mejores y más fáciles maneras de ahorrar con tu banco. Confiamos en que te sean de utilidad y puedan suponer una diferencia notable en tu economía con el paso del tiempo.