En fechas tan importantes para este sector, este periódico ha salido a la calle para pulsar la opinión de los comerciantes. Hay visiones optimistas, otras no tanto, incluso quienes lo ven todo muy oscuro. Nuestra primera parada es en Tomellave, un establecimiento de cerrajería y duplicado de llaves que tiene ya un recorrido de cuatro años y medio. Su propietario, José Ramón Lara, asegura que “más que hablar de una tendencia negativa o positiva, podemos hablar de meses mejores o peores. Como mi negocio no tiene que ver mucho con la Navidad, diciembre y enero son otros meses cualquiera, aunque es cierto que al haber más animación en la calle todos nos podemos beneficiar”. Lara se muestra satisfecho de cómo le han rodado las cosas en este casi primer lustro de vida. “He tratado de dar a la gente el mejor servicio posible y hemos obtenido beneficios todos los años. Tomelloso tiene vida, la gente se mueve y compra”.
Avanzando por la calle Don Víctor y cruzándonos de acera. Llegamos a Oda, la tienda de ropa que siempre llama la atención por sus magníficos escaparates de Navidad. Con amabilidad exquisita, Enrique Sánchez nos recibe y opina que “se ven más ganas en los clientes. La crisis no se ha olvidado, pero nos hemos acostumbrado a vivir con ella. De este modo, la gente se gasta realmente lo que se tiene que gastar”. Sánchez espera una Navidad animada para el comercio, “porque al margen de cómo pueda estar la situación, la gente siempre conserva esa ilusión y se esfuerza algo más en sus compras. De hecho, para un negocio como el nuestro, está época de finales del año y principios del siguiente es cuando se produce el 40% de nuestras ventas”.
No muy lejos de allí, María Plaza, de la tienda Pilar Prieto, ofrece una visión menos optimista. “La gente se sigue pensando mucho sus compras, no se ve demasiada alegría. Se mira muchísimo el precio y la cosa se anima con las rebajas y descuentos. Sin embargo, en días normales y corrientes las ventas cuesta mucho más hacerlas”.
A pesar de estar convaleciente de una operación, Carmen Moreno, de la tienda de bolsos y complementos “Martel´lo” atiende a su clientela con su habitual cercanía y elegancia. “La gente ha empezado a moverse pronto. Se vio mucho movimiento ya en el Black Friday, en el que hicimos dos días, y al lunes siguiente por inercia también hubo mucho movimiento”. A Carmen Moreno le preocupa la creciente competencia en internet y también de los viajes de compras, “que se organizan cada vez con mayor frecuencia”. En cualquier caso, ella se agarra a las mejores armas que puede tener un pequeño comerciante, el de la cercanía. “Al final, una persona que quiera un bolso de calidad, tendrá que venir a una tienda como la nuestra para verlo de cerca, tocarlo y preguntar cualquier cosa sobre el artículo”.
Añade Carmen una reflexión final. “Yo llevo con mi tienda 26 años y mis proveedores más importantes siguen siendo los mismos, y eso quiere decir que los artículos que ofrecemos están funcionando”.
Dos años lleva ya Elena Gómez al frente de “La Librería”, cuya fachada en madera reproduce un elegante establecimiento francés de principios del XX. “La venta on line es un competidor terrible para nosotros. A la hora de servir un libro que está en España, no hay problema. Pero importar un libro desde el extranjero implica un sobrecoste que hace imposible competir en precio”. Gómez espera que el libro vuelve a ser uno de los regalos más frecuentes en la próxima Navidad. “Esta es nuestra época más fuerte, como nuestra vendimia. El resto del año nos mantenemos”. Esta librera pone buena cara a los malos tiempos actuales. “El balance de estos dos años es positivo. La gente nos conoce cada vez más, estamos en estrecho contacto con profesores y tenemos ya clientes muy fieles. Estoy muy contenta”.
Y de un establecimiento nuevo nos trasladamos a uno que en el próximo 2018 cumplirá ¡60 años”. Papelería Moderna forma parte del paisaje urbano de nuestra ciudad y constituye toda una referencia en el comercio local. Cristóbal Javier García cogió el testigo de su padre y ha logrado ampliar y diversificar el negocio. “Después de una crisis muy dura, hemos vuelto a crecer, -explica-, pero los nuevos tiempos obligan a ser mucho más imaginativos y creativos. Hay que tener presencia en las redes, contar con web…el formato de negocio ha cambiado por completo”. Asegura García que “los márgenes de ahora son muy inferiores a los de antes y al mismo tiempo estamos sufriendo la competencia de las grandes plataformas on line. Ante esto no nos queda otro remedio que jugar nuestras bazas, que no son otras, que las de ofrecer un producto de calidad, un asesoramiento al cliente, la especialización y la profesionalidad. Cuando trabajas con más de trece mil referencias de productos hay que estar muy preparado”. El propietario de Papelería Moderna se pregunta , “mi padre me dejó un formato de negocio, que renovado y ampliado, me ha servido a mí, ¿pero les servirá a mis hijos?.
Y de una papelería a otra papelería. En “El Cristo” lleva 15 años trabajando Alba Ramírez, dependienta eficaz, muy amable en el trato con el público. “Puede que haya tiendas que lo estén pasando peor que nosotros. Aquí tenemos la lotería, libros, regalos, el servicio de fax o fotocopias. Si algo no funciona, se compensa con lo otro que funciona un poquito mejor”. De repente hace acto de presencia, el propietario Carlos Martínez, que aporta un análisis algo más pesimista , aunque abundante en humor. “Los amazon y compañía nos están machacando. Lo que antes prácticamente se vendía solo, ahora cuesta Dios y ayuda venderlo Más que autónomos, yo diría que somos automonos. No nos podemos poner malos, así que cuando un autónomo sale de casa, es que va ya camino del cementerio”.