LA segunda generación del SUV de la clase intermedia de Mercedes-Benz responde al nombre de GLC y se muestra en plena forma en muchos sentidos. Desde el punto de vista técnico, el nuevo SUV define un nuevo baremo en su segmento con el excelente nivel de seguridad propio de la marca, basado en los más avanzados sistemas de asistencia a la conducción, así como una extraordinaria eficiencia energética. El consumo de combustible se reduce hasta en un 19% en comparación con el modelo antecesor. Al mismo tiempo, la suspensión neumática multicámara AIR BODY CONTROL (única en este segmento), el programa ampliado de control de dinamismo DYNAMIC SELECT y la tracción integral permanente 4MATIC incrementan no sólo el confort de marcha, sino también la agilidad.
La carrocería sigue la línea clara y sugerente que tanto éxito obtuvo esta primavera con el Showcar Concept GLC Coupé y que marca el referente para las futuras familias SUV.
«El nuevo GLC es fruto de una evolución lógica de nuestra reconocida filosofía de SUV. Este modelo conjuga máximo confort de conducción con un cariz deportivo. Convence en carretera y, ahora más que nunca, fuera de las vías compactadas, y es un exponente de la nueva línea de diseño de la marca», comenta Thomas Weber, miembro de la Junta Directiva de Daimler AG y responsable de Investigación del Grupo y de Desarrollo de Mercedes-Benz Cars.
El frontal típico de los modelos SUV con voladizo corto y la parrilla erguida de configuración tridimensional, en este caso con lama doble y estrella central, sigue la nueva y apreciada filosofía de diseño de la marca.
En la vista de perfil llama la atención la parte superior del habitáculo, con rasgos de coupé, que otorga al GLC una silueta elegante y estilizada en combinación con la batalla 118 milímetros más larga.
La zaga se distingue por los hombros anchos y musculosos y la horizontalidad de las líneas del contorno y de los faros LED divididos, con su inconfundible diseño nocturno.
El cambio de paradigma en el ámbito del diseño no se aprecia solamente en el exterior del vehículo. También el habitáculo del GLC ha sido objeto de una profunda actualización. Irradia un aire de modernidad, que lo sitúa en la línea de su hermano mayor, el GLE. El nuevo lenguaje formal conjuga claridad sensual con deportividad y dinamismo, y es una nueva interpretación del lujo moderno.
En comparación con el modelo anterior ha aumentado notablemente el espacio disponible para los ocupantes, tanto en las plazas delanteras como en las traseras.
Eficiencia energética
Mercedes-Benz ha aplicado un extenso paquete de medidas destinadas a incrementar tanto la eficiencia energética como las prestaciones del GLC. Los propulsores nuevos o actualizados, una excelente aerodinámica y la construcción ligera inteligente redundan en una gestión más racional del combustible. Las cifras de consumo y de emisiones de CO2 se han reducido significativamente —hasta un 19% en comparación con el modelo antecesor—, tanto en los modelos diésel como en los de gasolina, manteniéndose al mismo tiempo la potencia del motor, e incluso mejorando las prestaciones. Todos los modelos cumplen la normativa de gases de escape EU6 e incorporan una función de parada y arranque.
El nuevo GLC incorpora de serie el tren de rodaje AGILITY CONTROL con suspensión mecánica y sistema de amortiguación variable. Es el único modelo de su segmento que puede dotarse opcionalmente de suspensión neumática multicámara integral y amortiguación adaptativa con regulación electrónica progresiva
Los clientes del GLC disponen de un abanico de posibilidades inédito hasta ahora para configurar y equipar su SUV a la medida de sus preferencias y requerimientos personales. El equipamiento básico incluye ya numerosos detalles propios de categorías superiores.