La ministra de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio, Isabel García Tejerina, ha avisado de que si no se cumplen las predicciones de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) -que espera precipitaciones por encima de lo normal en noviembre y diciembre y ausencia de estas en octubre-, habrá que limitar el agua para el regadío para “salvaguardar las necesidades de la población”.
“No queda agua en los embalses, en Castilla y León no hay más remedio que limitar el agua para regadío”, ha lamentado.
Durante su intervención en el Desayuno Informativo de Forum Europa, la ministra ha reconocido que la política hídrica es “prioritaria para el Gobierno” y que “no queda agua en los embalses” y, por ello, los organismos de cuenca hacen vigilancia de la situación para atender a las demandas de la población ya en algunos puntos.
Precisamente, la reserva hidráulica española ha vuelto a perder agua esta semana y se encuentra al 37,8 por ciento de su capacidad total, según datos del MAPAMA que indican que en los últimos siete días los embalses han perdido 58 hectómetros cúbicos (el 0,1 por ciento del total) y que en la actualidad guardan 21.169 hectómetros cúbicos.
Además, por ámbitos la reserva se encuentra al 67,1 por ciento en Cantábrico Oriental; al 54,1 por ciento en Cantábrico Occidental; al 40,2 por ciento, Miño-Sil; al 48,2 por ciento, en Galicia Costa; al 52,4 por ciento, las cuencas internas del País Vasco; al 30,6 por ciento, el Duero; al 40,2 por ciento, el Tajo y al 44,9 por ciento, Guadiana.
Asimismo, Tinto, Odiel y Piedras está al 68,6 por ciento; Guadalete-Barbate, al 39,8 por ciento; Guadalquivir, al 31,6 por ciento; la cuenca Mediterránea Andaluza, al 32,4 por ciento; Segura, al 13,6 por ciento; Júcar, al 25,4 por ciento; Ebro, al 42,8 por ciento y las cuencas internas de Cataluña, al 53,9 por ciento.
Estas cifras suponen un 27,92 por ciento menos que la media de los últimos diez años y un 22,5% menos que en la misma semana de hace un año.
Esta semana la precipitación máxima se ha registrado en Jerez de la Frontera (Cádiz), con 111,6 litros por metro cuadrado.
Pacto Nacional del Agua
En este contexto, la ministra ha insistido en que la política hidráulica es “prioritaria” para este Gobierno porque supone lograr el buen estado de las masas de agua y atender la demanda de suministro y, por ello, requiere un “pacto nacional del agua al margen de las rivalidades territoriales”, aunque también ha admitido que “no es un reto sencillo” en el que cuenta con las herramientas de la planificación y del diálogo.
En el ámbito de la planificación ha dicho que los planes de cuenca aprobados y que estarán vigentes hasta 2021 contemplan más de 10.000 medidas con una inversión superior a 20.000 millones de euros y ha celebrado que esto se logró con “más consenso que nunca”.
Ahora, ha añadido que el objetivo es alcanzar un Pacto Nacional del Agua para lo que el Ministerio ha celebrado ya “más de cien reuniones”. Tejerina ha precisado que el futuro pacto nacional se centrará en la atención de los déficits hídricos, hará hincapié en las infraestructuras y procurará la calidad de las masas de agua, el saneamiento y la depuración.
Del mismo modo, ha garantizado que en este marco se lograrán acuerdos medioambientales para la protección de espacios medioambientales clave como el Mar Menor, Doñana o el Delta del Ebro.
Por otro lado, ha destacado también la importancia de los planes de gestión de riesgo de inundaciones porque ahora España sufre “escasez” pero hace unos meses se padecían inundaciones, por lo que considera importante “identificar y abordar infraestructruras importantes” que formarán parte del futuro Pacto Nacional del Agua.
Sureste peninsular
García Tejerina ha asegurado que el Gobierno se ha “volcado” en el sureste peninsular para garantizar su demanda de agua porque “llevan cuatro años con sequía”, de modo que se han aportado a la cuenca del Segura un total de 350 hectómetros cúbicos de trasvases o desalación, con los que se ha podido lograr un “récord” de exportación de frutas y verduras.
En ese ámbito, ha expuesto las medidas acometidas en esta región, especialmente para maximizar el uso de las desaladoras que en 2012 “estaban al 15 por ciento de su uso y ahora están al 100 por cien” porque la política del agua “no se improvisa” porque se trata de ir “por delante” de las circunstancias.
