No era la primera vez que la comunidad de la Orden de Predicadores, los Dominicos, celebraban el Corpus Christi Dominicano en Almagro. Sin embargo la celebración de ayer, domingo, fue más emotiva y especial que en otras ocasiones. Era el último acto, la última misa de los frailes dominicos en Almagro. Se convirtió en la despedida oficial de los almagreños a sus frailes. La Orden había anunciado tres meses la salida de los frailes del conocido como Claustro de los Dominicos, el convento de la Asunción Calatrava, para finales del mes de mayo o junio. “Debemos dejar este lugar de tantos recuerdos para los Dominicos y para tantas personas que han pasado por aquí por la falta de vocaciones”, explicó el padre Baldomero de Prado a las personas que llenaron la iglesia del convento en la misa, cantada en gregoriano por la Schola antiguos seminaristas Nuestra Señora de Gracia y la Coral Polifónica Orden de Calatrava y cooficiada también por los padres dominicos Vicente Díaz, Antonio Larios e Isidoro.
Baldomero de Prado dijo también que ahora se abre una nueva etapa, “nada de deprimirnos, Dios va delante, emprendemos animosos otros tiempos, la orden continua en Almagro, unida siempre por el carisma de Santo Domingo”.
El padre Baldomero, como se le conoce en la ciudad, ha pasado casi toda su vida en Almagro. Ha contado en muchas ocasiones que llegó por primera vez a la ciudad encajera con 13 años y regresó unos años después. Desde entonces ha estado vinculado a esta tierra y a este convento, colegio y seminario por el que pasaron miles de chavales hasta finales de los años 70 del pasado siglo. Ayer, el fraile de 87 años, recibió el cariño de muchos de ellos y de muchos almagreños. En representación de los almagreños habló Antonio Gascón, secretario de la Adoración Nocturna de Almagro, “gracias por su inestimable labor en el pueblo creyente y no creyente de Almagro, por vuestra desinteresada entrega, os recordaremos por siempre”. Junto a Alberto Aparicio, otro miembro de la Adoración Nocturna, le hicieron entrega de un manifiesto como homenaje y reconocimiento de la asociación católica al finalizar la procesión por el interior del claustro.
Hoy, lunes el fraile, natural de León, ha partido para su nuevo destino. En el convento, todavía, estará durante unos días más, el padre Vicente Díaz.
El claustro de los Dominicos continuará abierto a las visitas turísticas. El edificio es propiedad de la Diócesis de Ciudad Real, cedido a los padres Dominicos en 1903 para su uso hasta que estuvieran en el mismo. Desde que se conoció la marcha de los Dominicos de Almagro, el Ayuntamiento ha mantenido reuniones con representantes de la Orden de los Predicadores y con el obispo de Ciudad Real, Gerardo Melgar. Al máximo representante de la Diócesis de Ciudad Real, el alcalde Daniel Reina, acompañado del concejal de Cultura, Pedro Torres, han mostrado la voluntad de colaborar con el Obispado para la preservación del edificio, declarado Monumento Histórico en 1851, uno de los más claustros más bellos del Renacimiento español. Aún el Obispado no ha decidido el uso que tendrá en el futuro, como tampoco la Hospedería que forma parte del mismo edificio.
La Orden de Predicadores en Almagro llegó a Almagro hace cuatro siglos. Las monjas dominicas de clausura del Monasterio de la Encarnación llevan más de 400 años en el corazón de Almagro. Concretamente en 1575, Diego de Lucena y Juana Gutiérrez fundaron este convento. Desde entonces, las monjas dominicas no han dejado Almagro. Hasta hace un año, también residían las monjas de vida activa, del Santísimo Sacramento, del antiguo colegio Nuestra Señora del Rosario que han dejado la ciudad después de más de 60 años dedicadas, fundamentalmente, a la educación. La familia dominicana también cuenta en Almagro con la orden seglar formada más 150 miembros. Precisamente, los laicos gestionan el Banco de Alimentos de Almagro.
