La figura del policía retirado pero de gran experiencia al que acuden los novatos para pedirle consejo y resolver los crímenes más terribles tan explotada por el cine negro dista mucho de lo que sucede en realidad, al menos en España. “Aquí no se nos tiene en cuenta para nada. Puedes haber estado cuarenta años de servicio en una comisaría y se te ocurre pasar a saludar te hacen sentir mal, te tratan como a un extraño”, asegura Rafael López, policía “retirado” y presidente de la recién creada Asociación de Jubilados de la Policía Nacional de España.
La asociación, la primera de este tipo que crean las fuerzas de seguridad, ha celebrado este sábado su congreso constituyente en Almagro, con bastante asistencia e interés entre el colectivo. En apenas tres meses de andadura (han nacido en Sevilla) ya han captado a más de 7.000 socios que comparten la idea de que pese a lo peculiar de su oficio ni el Ministerio de Interior ni sus propios sindicatos les respetan, “parece que a los políticos les molesta hasta que existimos”, dicen.
No quieren el 30% de los medicamentos
Con pensiones medias de entre 1.200 y 1.300 euros (a sus viudas no les queda más de 600 o 700, dicen), su principal reclamación ahora es no tener que pagar el 30% de los medicamentos que muchos de ellos, con enfermedades crónicas, tienen que tomar, “cuando el resto de jubilados no paga ni el 10”, aseguran.
De hecho tienen previsto reunirse con la ministra de Sanidad para hablar de la cuestión, según han acordado hoy en la primera reunión de delegados provinciales y en la que han marcado las pautas de actuación. “Ya tenemos unos documentos redactamos, esperamos que nos atiendan y nos oigan”.
A la asociación también pertenece -es delegado en Huelva- Miguel López Laínez, que entre 1982 y 1992 pasó por la comisaría de Ciudad Real y fue un precursor del sindicalismo y la desmilitarización del cuerpo.
Los peores momentos del terrorismo
Con veinte años y muchas ganas de cambiar las cosas, López Laínez estuvo adscrito a una de las Compañías de Reserva General (pionera de los antidisturbios) destinada a las misiones más difíciles. “Nos tocó lidiar con los peores momentos del terrorismo en el País Vasco, aunque por suerte sólo tuvimos dos bajas de compañeros y fue por accidentes de tráfico”, recuerda Laínez, sindicalista clandestino hasta que en 1986 “y a fuerza de protestar mucho”, el Gobierno autorizó los sindicatos dentro de la Policía Nacional.
Hotel pagado, un logro
“Que los policías de hoy tengan un hotel pagado cuando se desplazan fuera de su ciudad fue un logro que se consiguió en aquellos años”, añade Laínez que se jubiló en 2008 “sin medalla blanca al mérito policial, está claro que por ser sindicalista”. Su espíritu reivindicativo le sigue acompañando en esta nueva etapa de jubilado, “somos un número muy grande si nos uniéramos todos no podrían con nosotros”, añade.
El alcalde de Almagro Daniel Reina ha acudido esta mañana al congreso para darles la bienvenida a la localidad, en pleno Festival Internacional de Teatro Clásico.