La Real Federación Española de Caza siempre ha sostenido que la clave para la supervivencia del lince es una correcta gestión cinegética y el mantenimiento de hábitats ideales para sus poblaciones, que encuentran en las fincas de caza su mayor garantía de continuidad, siendo ‘La Garganta’ un ejemplo a seguir.
“El importante papel de las fincas de caza y de los cazadores en la conservación y desarrollo del lince ibérico es patente”, afirma Ángel López Maraver, presidente de la RFEC, pues sus poblaciones “se asientan en estos terrenos que resultan ideales gracias al aprovechamiento cinegético”.
La RFEC también quiere hacer extensivo su agradecimiento a todas las fincas de caza que, en distintas comunidades autónomas, se esfuerzan por conservar al lince ibérico apoyando su reintroducción, demostrando que no sólo la actividad cinegética sostenible y responsable es compatible con la conservación del lince y del resto de especies protegidas, sino que impulsa claramente su expansión.