En esta ocasión el dato más llamativo para el parque es el cambio que se ha producido en la distribución territorial de los visitantes al Parque tras la puesta en funcionamiento del nuevo centro ubicado en Horcajo de los Montes. En este municipio de 958 habitantes el Museo Etnográfico, que hasta 2015 estaba gestionado conjuntamente por el Parque y el Ayuntamiento, recibía entre 6.000-8.000 visitantes al año.
En 2016, primer año de actividad del nuevo centro, se han alcanzado 16.124 visitantes, convirtiéndose así en uno de los puntos más frecuentados del Parque junto con “Casa Palillos” y la raña, dinamizando otra zona del área de influencia socioeconómica.
En cuanto a las rutas, las más visitadas siguen siendo las de los municipios Navas de Estena y Los Navalucillos, con 18.639 en el Boquerón de Estena y la Tabla del Acebo y las Fuentes, y 13.202 visitantes en el Chorro y subida al Rocigalgo.
Nuevas rutas
Por otro lado, desde Semana Santa el parque nacional con tres nuevas rutas, que han tenido buen recibimiento, pero que todavía hay que darlas más a conocer, pues admiten sin duda mayor número de visitantes. Detallan desde Cabañeros que una de ellas, la del Macizo del Rocigalgo, es de cierta dificultad por lo que no alcanzará nunca una alta afluencia, pero permite hacer un recorrido circular al enlazar con la ya existente subida a este pico de 1.448 metros, algo que han agradecido los visitantes más “andarines” y los grupos de montañeros que vienen desde diferentes puntos de la península a coronarlo.
Las otras dos rutas, ubicadas en el Valle de la Viñuela, han alcanzado 4.418 senderistas. Se accede desde la CM-4017, a medio camino entre Horcajo y Retuerta, compartiendo el mismo aparcamiento. La mas frecuentada, de 1,8 km, recorre un tramo de la Cañada Real Segoviana y cuenta con un magnífico mirador que da vista al macizo del Rocigalgo. La segunda con un recorrido de 13 kilómetros de escaso desnivel, permite conocer uno de los valles con vegetación mediterránea mejor conservado del Parque, con solanas y umbrías cubiertas de su típica vegetación de encinas, quejigos, alcornoques, robles y madroños, como los más destacables.