Desde el pasado 1 de noviembre un equipo de entre 12 y 15 personas de la Asociación de Belenistas de Ciudad Real, capitaneados por Manuel Casas, director técnico del montaje, están trabajando en el belén municipal que, al igual que otros años, se podrá visitar a partir del día 3 de diciembre en el patio central del antiguo Casino.
El de este año será el belén más grande de cuantos se han montado hasta ahora. Con unas dimensiones de 7,5 por 9 metros, domina el conjunto, en su punto más alto, una reproducción exacta de la ciudad amurallada de Jerusalén, de grandes dimensiones, tiene siete metros lineales y alrededor de 65 centímetros de altura, que ha sido realizada a escala, en apenas dos meses, por los alumnos que han participado en los cursos de la Asociación de Belenistas.
Su presidente, Antonio Vich, explica a Lanzadigital, que en la elaboración de esta reproducción de Jerusalén se ha cuidado mucho la perspectiva y la profundidad. Así, asomarse por cada una de sus cinco puertas es adentrarse en la vida y costumbres de la ciudad eterna. Está elaborada con porexpam, piedra a piedra, emplastecida y pintada. El resultado final es impresionante, dominando todo el conjunto.
Ésta no será la única novedad del belén municipal que se caracterizará, en su conjunto, por ser hiperrealista, con más escenas bíblicas que nunca, para que su contemplación, al igual que su montaje, se haga despacio “porque este belén tiene mucho mensaje y trasmite el espíritu de la Navidad: Dios ha nacido entre nosotros”, explica Antonio Vich.
En el belén se van a instalar más de 350 figuras del Ayuntamiento, de la propia Asociación de Belenistas de Ciudad Real y de particulares, destacan las cedidas por la familia Torres Fernández. Vich recuerda que las figuras del Ayuntamiento, adquiridas en 1999, son de Manuel Nicolás, más costumbrista, frente a las más de 100 figuras que aportan la asociación, y algunos de sus socios, que han sido realizadas por el que es considerado el mejor imaginero belenista a nivel internacional, José Luis Mayo, caracterizado por el realismo en el tratamiento de sus figuras, tanto en sus rostros y actitudes, como en el movimiento de las telas, el interés por el detalle, el acercamiento de forma casi arqueológica en la época de Jesús de Nazaret, y la etnográfica en cuanto a costumbres.
Como no podía ser de otra manera, la contemplación del Belén está ordenada cronológicamente. “Lo que queremos es sugerir a la persona que visita el Belén un viaje en el tiempo a hace 2017 años para que tenga una foto completa, como una película, de cómo era el lugar y el pueblo cuando nació Jesús”, destaca. Un montaje que destaca, según explica su presidente, Antonio Vich del Préstamo, por su tremendo realismo y que reproduce todos los pasajes bíblicos que acontecieron en Belén.
Y esa “película” sobre el nacimiento de Jesús arranca en la ciudad de Nazaret con la contemplación del misterio de la Anunciación, cuando el ángel Gabriel anuncia a la Virgen María que ha sido elegida para ser la madre de Dios y ella da ese sí generoso a Dios, a Jesús, a los hombres… el Fiat de María. Allí se podrán contemplar también escenas típicas de esta ciudad mediana, de alrededor de 200 habitantes, como la carpintería de San José, la fuente a la que María, junto a otras mujeres, iba a coger agua, o donde también se desplazaban las mujeres para lavar la ropa.
A su lado, un paisaje hiperrealista, con un grandioso puente (elaborado en 2012 por la Asociación de Belenistas), sobre la cuenca seca de un río, por el que transitan pastores con sus ovejas y carruajes, sirve de transición de Nazaret a la ciudad de Belén.
Y, en primer término, otra de las novedades del belén de este año. Los Reyes Magos con su enorme séquito, un montaje muy original, con figuras de enorme riqueza escultórica, en el que, por primera vez, veremos a los Magos de Oriente atravesando el pueblo de Belén. Y de nuevo esa cuidada perspectiva ya que el gran séquito parte desde Jerusalén, con figuras en alto de apenas 10 centímetros, hasta las cercanas que llegan a ser de 24 centímetros de altura.
“Hemos querido representar el transcurrir de la cabalgata a través del pueblo, saliendo de Jerusalén de ver al rey Herodes a quien preguntaron por el Niño que iba a nacer”, explica Antonio Vich. Y es en Belén donde podremos contemplar escenas costumbristas: un mercado de jaulas, mendigos… pero sobre todo se pueden apreciar las caras de asombro de las gentes al contemplar, a su lado, el discurrir de la enorme cabalgata real.
Tras esta escena de Belén, con sus cuidadas edificaciones elaboradas todas por la Asociación de Belenistas, realizadas con porexpam y escayolas, con puertas y ventanas de madera, reproducciones fidedignas de las casas de este pequeño pueblo donde nació Jesús, el conjunto da paso a la escena del empadronamiento, con José y María, una figura en avanzado estado de gestación. Y en ese estado, y tras cumplir con la ley, la posada donde les niegan alojamiento.
Y llegamos así a la escena central del belén que, curiosamente, “es el sitio más pobre de todo el conjunto; María da a luz al Hijo de Dios en una casa en ruinas, una escena cargada de humildad, arropada por un árbol, que contrasta fuertemente con la imponente Jerusalén, al fondo, y su corte de soldados romanos”, explica Antonio Vich. Una espectacular gloria de ángeles evidenciará, a su lado, que el Niño que acaba de nacer es Dios.
Seguimos recorriendo el belén y podremos ver la anunciación a los pastores, al lado del río. Esta escena enlaza, a través de numerosa vegetación mediterránea, como palmeras, olivos, etc, con la escena de la huida a Egipto representado, magníficamente, por el templo del dios Amón, de la ciudad de Luxor, que ya se pudo contemplar el pasado año y que, en esta ocasión, indica Antonio Vich, se ha completado con la reproducción, también, de un gran puerto egipcio de mercancías.
Pero el montaje de los Belenistas no solo se caracteriza por su realismo y su fidelidad, sino también por su técnica. Es un belén a una vista donde para ganar espectacularidad se han trabajado los diferentes planos a través de las distintas alturas y de la disminución del tamaño de las figuras.
Para comprender la importancia que la técnica tiene en este montaje es imprescindible saber que su construcción se realiza desde atrás hacia adelante. “Llevamos montando el belén desde el 1 de noviembre, muy despacio, con mucho cariño e ilusión, trabajando en él a última hora del día y hasta bien entrada la madrugada, pero la idea general del montaje la planificamos muchos meses atrás, casi desde que termina la Navidad”, añade Antonio Vich.
30 socios y una gran cantera
La Asociación de Belenistas de Ciudad Real se creó un 4 de octubre, día de San Francisco de Asís, del año 2011. En seis años ha realizado numerosos montajes en la ciudad que han destacado siempre por su realismo y enorme belleza. La asociación está formada en la actualidad por 30 socios y un sinfín de “socios infantiles”. Todo el dinero que reciben como asociación, de diferentes entidades públicas y privadas, se destina a la compra de figuras que, año tras año, lucen en este gran belén que tiene, también, un importante valor patrimonial.
Patrimonio Inmaterial de la Humanidad
Antonio Vich recuerda, por último, que la tradición belenista española se remonta 800 años. Fue San Francisco de Asís, en 1223, el que instaló el primer belén en la ciudad italiana de Greccio. La tradición de los Belenes se difundió rápidamente por toda Italia y luego al mundo entero y hoy por hoy figura en las tradiciones navideñas de cientos de países alrededor del mundo.
Y es ahora, casi 800 años después, cuando la Federación Internacional de Belenismo ha solicitado a la Unesco que declare el Belenismo como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad algo que todos quieren que lleguen a materializarse.