Optimismo y pasión. Este es el binomio actitudinal necesario para triunfar en la vida profesional y personal, según el prestigioso economista, formador y motivador empresarial Emilio Duró, que este miércoles ofreció claves para ‘no rendirse’ a cerca de 300 empresarios en un acto organizado por la Cámara de Comercio, la Federación de Empresarios (Fecir) y Globalcaja.
Con gran proverbialidad, Duró apostó por afrontar la vida con una conducta entusiasta dentro de una sociedad del bienestar en la que “cada vez vivimos mejor”, y donde los jóvenes tendrán oportunidades para triunfar.
A su juicio, no hay razones para la desesperación y el pesimismo, porque en un mundo cambiante, los conocimientos se duplican cada año y medio, y las generaciones futuras están sobradamente preparadas para adaptarse al nuevo futuro.
“El 80 de los jóvenes que han iniciado una carrera, se emplearán en trabajos que aún no se han inventado, y quienes hoy comienzan una vida laboral, realizarán en 20 años quince o veinte trabajos diferentes”, auguró el asesor empresarial a preguntas de los periodistas.
Hasta 1900, reflexionó Duró, la vida estaba basada en el campo, en los terratenientes y las riquezas agrarias, mientras que el eje de la segunda mitad del siglo pasado fue la burguesía y el capitalismo, para iniciar el siglo XXI en torno al ecosistema del conocimiento.
“Uno podrá ser director general, arquitecto, filósofo, médico o no haber estudiado nada, eso no será importante sin la capacidad de adaptación”, aconsejó, a la vez que celebró las oportunidades de las generaciones futuras.
“El trabajo duro desaparecerá, comentó Duró, porque lo harán las máquinas”, una realidad que abre un escenario atractivo para los profesionales del mañana, que deberán ser “optimistas” y plantearse qué hacer ante un problema, en vez de lamentarse y preguntarse de quién ha sido la culpa, así como deberán tener “pasión” para implicarse con intensidad en una vida de 100 años.
“Todos tenemos genéticamente requisitos de éxito”, sostuvo el experto, y tan sólo hace falta “fuerza, alegría e ilusión” para afrontar no sólo la época de éxito profesional, entre los 25 y 40 años, sino para abordar “el reto” de los otros 60 años, y “tener ganas de levantarte cada mañana”.
Con el mensaje de ‘no rendirse’, Duró apuntó claves para reinventarse en la vida personal y en casos de jubilaciones precoces con 45 y 50 años donde las personas no se pueden resignar “a pasear, sentarse en un banco y comprar el pan y la leche”, sino siendo proactivo y optimista porque “el mundo que viene es el mejor”.
“Jamás hemos estado mejor y nuestros hijos viven y vivirán infinitamente mejor que nosotros”, apostilló, a la vez que lamentó que “hayamos instalado la queja y el mal humor como profesión y parte de la vida”.
“Quién antes ha podido visitar por internet el Museo del Prado, aprender idiomas o viajar a Inglaterra por 30 euros, se preguntó el experto, esto es nuevo y es un mundo fantástico y maravilloso”.
Oportunidad
El director general de Globalcaja, Pedro Palacios, comentó que iniciativa conjunta “es una oportunidad importante para el mundo empresarial de Ciudad Real, en el que creemos firmemente”.
Al hilo de las reflexiones de Duró, Palacios se mostró convencido de que el mundo futuro estará marcado “por el cambio”, y frente a este reto “tenemos que diferenciarnos con una actitud positiva”. En clave empresarial y financiera, esto significa que “tenemos que estar cerca del mercado, saber dar al cliente con positivismo lo que busca y necesita, además de dinamizar la sociedad”.
Poner las pilas
Carlos Marín, presidente de la Fecir, también defendió este tipo de acciones motivadoras “que nos ponen las pilas” para afrontar la actividad empresarial tras la recesión con una nueva mirada
“Los empresarios estamos hartos de la crisis”, señaló y reivindicó actitudes decididas, tal y como la tuvo el obispo Rodrigo Jiménez de Rada al inicio de la batalla de Las Navas de Tolosa (tras perder en Alarcos) al ser advertido por Alfonso VIII de que iban a morir allí. “Vamos a salir a luchar y ganar y otro día moriremos”, dijo el eclesiástico.
Para Marín, que valoró la “estrecha colaboración” entre instituciones “que defienden a los empresarios”, esta disposición de lucha es la que vale y por ello conminó a “dejar las excusas en casa y a seguir motivándonos”.
Compromiso con el tejido empresarial
El presidente de la Cámara de Comercio, Mariano León, por su parte, subrayó el compromiso de las instituciones organizadores con el tejido empresarial de la provincia. Herramientas motivadoras como la presencia de Duró son “importantes para los empresarios a la hora de tomar decisiones que garanticen la viabilidad y la eficacia” de sus negocios.