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BM ALARCOS 31 |
IKASA MADRID 21 |
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| Fran Revuelta, Beret (1, 1p), Poveda (3, 1p), Lumbreras (2), Manu Díaz (5, 2p), Negrete (6) y Molina (2)- siete inicial- De la Cruz, Portero (4, 1p), Jota (1), Candeleda (3), Fran Vidal (1, 1p), Maestre (1), Victoriano Alises, Róber (2, 1p) y Arreaza. | Donderis, Olivares, Julián Feijoó (2), Sánchez (3), Gallardo (4), Dzokic (1), Reda – siete inicial- Marcet, Sarió (1), Barroso (1), Martínez del Pera, Gonzalo Feijoó (2, 1p), Sergio García (1), Cabrero (3), Estebas (1) y Lamarca (2). |
| ÁRBITROS Mohedano y Peris. Excluyeron dos minutos a los jugadores del BM Alarcos Jota (dos veces), Lumbreras, Negrete; y a los del BM Ikasa Madrid Sánchez. |
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| PARCIALES CADA 5 MINUTOS 3-2, 5-5, 8-5, 12-6, 15-7, 17-10, descanso, 19-12, 23-14, 25-17, 28-19, 29-19, 31-21 y final. |
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| INCIDENCIAS Partido disputado en el Quijote Arena ante unos 250 espectadores. |
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El BM Alarcos frenó al Ikasa Madrid allá por el minuto 10. Lo dejó varado en las dunas de la defensa manchega, incapaz de resolver el enigma de la esfinge ciudadrealeña. En honor a la verdad, no es que fuera la pregunta más complicada, no era física cuántica, teoría de cuerdas o la salida del laberinto catalán, aunque estaba bien. El caso es que los madrileños no atinaban y mientras se lo pensaban, probaban soluciones, se mesaban los cabellos y le echaban la culpa a otros, léase árbitros, los manchegos le endosaron un 9-1 de parcial, pasando del 5-5 al 14-6, con Poveda de martillo pilón y la segunda línea aprovechando el amplio surtido de pases disponible este frío martes. Los locales trataban de correr, pero no siempre le salió bien. Si no, el parcial hubiera sido aun más escandaloso.
Cuando el conjunto madrileño consiguió arrancar de nuevo el motor, los de Javi Márquez, que había dado ya minutos a casi todos, seguían a su ritmo, a velocidad de crucero. La distancia, pues, se mantuvo, para llegar al descanso siete arriba, 17-10, y la sensación de que el partido estaba prácticamente resuelto por dos motivos: porque el BM Alarcos, sin alardes, ofrecía la versión casera, la del doctor Jekill; y porque al Ikasa no se le veía cuerpo de épica, ni milagro, ni mucho menos quijotesco, a pesar del escenario. Antes al contrario, se desató Negrete al principio del segundo acto y a pesar de algunas exclusiones bastante rigurosas, la renta se fue a los diez tantos (23-13).
El partido siguió un buen rato más, pero si hubiera acabado entonces, nada habría pasado.
El Alarcos se llevó, pues, los dos primeros puntos de los seis consecutivos que se ponen en juego de manera consecutiva en el Quijote Arena. Lo hizo con autoridad, con tranquilidad. Solo un golpe en la rodilla a Martín Molina en la primera parte, que lo mantuvo en el banquillo desde entonces, le pone alguna nube a una tarde noche plácida y satisfactoria.
