La Audiencia Provincial decidirá en otoño sobre el caso de Jorge T.A., el joven condenado a 3 años y medio de cárcel por provocar un accidente mortal frente a la urbanización Las Norias de Miguelturra.
El alto tribunal provincial ha aceptado practicar una nueva prueba a petición de la defensa del acusado, relativa a la cadena de custodia de la muestra de sangre que se le hizo la madrugada del accidente y que determinó que iba bebido y drogado.
La vista se celebrará en septiembre, por lo que no habrá una nueva sentencia antes del verano. Mientras tanto Jorge A.T. sigue en libertad pendiente del recurso.
Homicidio imprudente y delito contra la seguridad vial
El juzgado de lo Penal 2 de Ciudad Real declaró al joven culpable de un homicidio por imprudencia “en concurso con un delito contra la seguridad vial en su modalidad de conducción temeraria”, sin atenuantes.
Conducía bebido y drogado y se saltó un control
El accidente ocurrió el 6 de octubre de 2013 sobre las 7.30 de la mañana en la travesía de Miguelturra. El juez consideró probado que conducía bebido y drogado, que se saltó un control de alcoholemia y que condujo a toda velocidad en un tramo limitado a 50 km/h. De esa forma embistió a otro coche conducido por José Luis Alegre, un empleado del Museo Provincial de 40 años, que falleció.
También se le ha privado del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por 5 años y dos meses, con pérdida del permiso de conducción.
En cuanto a la indemnización a la viuda, el hijo y los padres del fallecido, se fijó en unos 250.000 euros (casi lo que pedía la acusación particular), que deberá abonar la aseguradora Hilo Direct Seguros y Reaseguros, declarada responsable civil del siniestro.
Sin embargo el acusado niega que cometiera tantas imprudencias como se le atribuyen. “No estamos conformes con ningún aspecto del fallo; no nos parece una sentencia justa, y vamos a recurrir”, explicó tras el fallo su abogado Rafael Yturriaga.
El letrado solicitó en el juicio la nulidad de una de las pruebas: la analítica que detectó que la madrugada del accidente Jorge había consumido alcohol (1,61 gramos en sangre equivalentes a 0,81 mg/l en aire) y cocaína.
El argumento de la defensa es que la muestra de sangre se hizo sin su consentimiento, un argumento que el juez rebate apelando a que se le extrajo a efectos terapéuticos -para curarle, puesto que él mismo resultó herido grave en el siniestro-, no coercitivos.