A las 11,40 horas, el paso de Misterio que representa a Jesús sobre un pollino en su entrada en Jerusalén, junto a un hebreo y dos niños franqueaba las puertas del Colegio Hermano Gárate de la capital con los costaleros de rodillas al son del Himno Nacional y ante la mirada de cientos de personas.
La emoción de los fieles y cofrades, que llevaban hojas de palma y de olivo recién bendecidas, ha embargado la primera de las salidas procesionales de la Semana Santa capitalina en una mañana fría, precedida por la pequeña imagen del Niño de la Paz (obra anónima del siglo XVII), llevada por una cuadrilla de catorce jóvenes porteadores.
La ausencia de lluvias y las rachas de sol de este Domingo de Ramos en la ciudad han animado a los ciudarrealeños a seguir el cortejo, que ha acabado alrededor de las 15,15 horas de vuelta al centro educativo.
Antes de salir el impecable conjunto de la Hermandad de Las Palmas (con 74 años), que es llevado con una cadencia rítmica que da majestuosidad, las decenas de cofrades recorrieron las calles del centro de la ciudad, ataviados con sus túnicas y capillos en los colores de la Virgen, blanco y azul, el escudo de las congregaciones marianas y la medalla con la imagen de Jesús, envueltos por la música de la banda ‘Solera’ de la capital para el Niño de la Paz, y de la Agrupación Musical ‘Nuestro Padre Jesús Redentor’, de Moral de Calatrava, que iba situada detrás del paso titular.
Durante toda la salida, los fieles han mostrado su devoción en el recorrido de los conjuntos escultóricos, iniciado por los niños con túnicas blancas y palmas del grupo de jóvenes de la hermandad, el Niño de la Paz, y la reproducción artística de Misterio, que iba presidida por el sacerdote Julián Sánchez Mora, director del colegio de los Salesianos, además de contar con la presencia de dos concejales del Ayuntamiento, Rosario Roncero (PP) y Francisco Fernández-Bravo (Ciudadanos).
Ese año, la hermandad ha estrenado la vara de secretario (de Industrias Élite) y el llamador del conjunto central (de Complementos Cofrades de Valencia), que va sobre una canastilla de madera de pino y respiraderos de orfebrería dorada.
Como cada año, se ha vidido un momento emblemático y emotivo a la vuelta a la Iglesia de San Ignacio de Loyola en la Plaza del Pilar, cuando los hermanos han levantado y han hecho un arco con sus palmas para revivir el momento en que Jesús entró de manera triunfal en Jerusalén.
Bendición
Previamente, a esta salida, el obispo de la Diócesis Gerardo Melgar ha bendecido los olivos en la procesión de apertura de la Eucaristía de las 10,30 horas alrededor de la Catedral.
En esta función religiosa del inicio de la Semana Santa se ha leído la Pasión que da paso al calvario de Jesucristo tras su entrada en Jerusalén.
Precisamente, Monseñor Melgar reflexiona en su carta dominical de este 25 de marzo sobre el sentido par los cristianos de la Semana Santa. “No puede ser ni una semana cultural, ni una semana al servicio del atractivo turístico, sino una semana de demostración y testimonio de nuestra fe”.
“No podemos vivir dos tipos de Semana Santa: la de quienes la viven desde fuera y en la calle; y la de los que la viven en las celebraciones de la Iglesia”, señala, y anima a vivirla “desde el corazón y nuestro espíritu de creyentes”, participando en las celebraciones litúrgicas y practicando el sacramento de la penitencia.
Es “la semana grande de los cristianos”, recuerda, y por ello “debemos acompañar al Señor en la cena del Jueves Santo; estar a su lado en el momento de la pasión del Viernes Santo; y resucitar con Él a una vida nueva, como testimonio de vida”.