Cuando allá por 1961 la Concejalía de Festejos del Ayuntamiento de Ciudad Real, que no fue la de Deportes, apostó por convertir a la capital en epicentro de un concurso hípico nacional a pesar de que aquí no había tradición, poco podía imaginar que este evento acabaría convirtiéndose en epicentro de las actividades de día de la Feria y Fiestas de Ciudad Real con más de 3.000 visitantes diarios.
Sin embargo, la conjugación entre modernidad y tradición así como entre deporte de élite y diversión, son algunas de las claves del éxito de este certamen que este año cumple 50 años en un inmejorable estado de salud, tal y como recuerda la concejala de Deportes del Ayuntamiento de Ciudad Real, Nohemí Gómez-Pimpollo, quien además destaca que este año se ha visto rejuvenecido gracias a las nuevas iniciativas que se han puesto en marcha y que, en función de su aceptación por parte del público, tendrán continuidad en los próximos años.
Apuesta fuerte por el concurso hípico
Gómez-Pimpollo detalla a LANZA, durante una entrevista junto al director del concurso hípico, Enrique Barba, que el Ayuntamiento de Ciudad Real y el Patronato Municipal de Deportes han apostado fuerte para hacer de este un año especial en el concurso hípico, además de que se introducirán importantes novedades tecnológicas como las máquinas que gestionarán las apuestas, homologadas de acuerdo a lo establecido en materia de apuestas por la normativa vigente y con conexión con la consejería de Hacienda, que permitirán realizar las apuestas con “fluidez” y con “todas las garantías”.
En este sentido, la edil quiere lanzar un mensaje de tranquilidad a quienes suelen ir a la hípica porque, indica, las máquinas han contado y están contando con el personal necesario para que nadie se quede sin apostar porque no sepa como hacerlo.
Más información a través de las redes sociales -www.facebook.com/ConcursoSaltosCR y @PMDCiudadReal en Twitter-; la instauración del premio “Dulcinea” a la mejor amazona del concurso; actividades infantiles para niños y niñas de 6 a 14 años, de 9 a 12 de la noche; un concurso de fotografía; catas y exhibiciones, además de un photocall, son algunas de las nuevas propuestas con las que se pretende contribuir a que sea un evento cada vez más popular.
Pero quizá la actividad más emotiva de las que se organizan alrededor de esta competición deportiva sea la gala que se va a celebrar este mismo sábado, 19 de agosto, en el Museo López Villaseñor y que consistirá en una recepción a jinetes, patrocinadores y autoridades para poner en valor el esfuerzo porque cada vez tenga más esplendor este evento, al tiempo que se reconoce a quienes llevan más tiempo y se dialoga sobre la evolución del concurso hípico de Ciudad Real.
56 años y 50 ediciones del concurso hípico
Una evolución que ha sido notable desde los inicios hace 56 años -aunque los paréntesis de los años 1977 a 1980 por cambio de ubicación y 1990 y 1991 por la peste equina hace que se cumplen 50 años- comenzando por el cambio de ubicaciones desde el Campo de Deportes de “Educación y Descanso”, pasando por su transitorio paso en 1975 por la “Granja Agropecuaria” durante un año, hasta el Polideportivo Rey Juan Carlos para llegar a las instalaciones actuales en la Ciudad Deportiva de Larache.
Gómez-Pimpollo, que ha indagado exhaustivamente en aquella primera edición -fundamentalmente a través de las páginas de LANZA- rememora que aquella primera edición, declarada como regional aunque al año siguiente ta fue de categoría nacional, se desarrolló en “Educación y Descanso”, donde se alzó como ganador del Gran Premio de Ciudad Real fue el teniente Goróstegui con “Guasón”, que también consiguió la Copa del Sr. Ministro del Ejército. Además “Lateral”, montado por el capitán Benítez, se alzó con la Copa de la Junta Provincial de Deportes; “Vértil”, al cargo del coronel Domínguez, ganó la Copa del Gobernador Civil y “Finki” con el jinete Velenzuela consiguió la Copa de la Guarnición.
“Desde entonces han cambiado muchísimas cosas, tanto en la propia competición deportiva como en las actividades lúdicas y más allá del cambio de sedes. Unos cambios que comienzan por el Reglamento de la Real Federación Española de Hípica, al que estamos sometidos, y que ha variado desde recorridos, penalizaciones y obstáculos, que ahora son muchísimos más seguros para jinetes y caballos”, apunta Barba, quien lleva al frente del certamen un cuarto de siglo, siendo el director que más tiempo estado y con quien más avances ha experimentado el concurso.
De los jinetes militares a los civiles
Además, continúa contando la concejala de Deportes, al principio el certamen estaba más ‘militarizado’ en el sentido de que muchos de los participantes pertenecían al cuerpo de Caballería del Ejercito “y, de hecho, si consultabas los ganadores en el periódico de la época todos eran capitanes, coroneles, tenientes… Ahora ya son la gran mayoría jinetes civiles, aunque sigue habiendo presencia de jinetes militares”.
Lo que también ha variado, afortunadamente porque eso significa que la práctica de este deporte se extendió también a Ciudad Real, es la presencia de jinetes locales, ahora más fuerte, porque no llegó hasta la década de los 80 de la mano del jinete Luciano Gómez, del Club Mabelka, cuyos hijos participan ahora.
Sin embargo hay algo que se mantiene y que está muy afianzado: el carácter familiar del público que asiste al evento, ya que es frecuente ver a los padres con sus hijos disfrutando de la belleza del certamen, en un ambiente festivo y vinculado en la feria como se planificó en sus inicios, además de que las apuestas fueran algo más como un juego que como una apuesta.
“Se da un caso curioso en este caso y es que cada año viene una pareja de Asturias a apostar, que no son apostantes profesionales pero que les gusta, y que dicen que el de Ciudad Real es el mejor concurso hípico de España en su categoría”, apostilla orgulloso Enrique Barba, al tiempo que apunta a esa tradición familiar también en el caso de los jinetes como Emilio García-Torres Bodelón que viene con sus hijos.
Un cuarto de siglo da para muchas anécdotas
Por la dirección del Concurso Hípico Nacional han pasado José Alcázar, que fue jefe de la sección de rentas del Ayuntamiento; Eugenio Molina, quien puso en marcha la actividad administrativa del Patronato Municipal de Deportes; y Enrique Barba, que es quien más años lleva al frente del certamen, desde 1992, con lo que este año se cumple un cuarto de siglo de su gestión.
En 25 años reconoce que hay tiempo para muchas anécdotas, buenas y malas, aunque cuando se le pregunta por la primera que le viene a la cabeza no es la más positiva, pero reconoce que no la olvidará porque se vivieron momentos muy tensos debido a que una amazona, Marta Testor -a la que se conocía como la reina del concurso-, lideró en el año 2000 un plante en el que se negaron algunos jinetes a correr el último día el Gran Premio en las condiciones que había establecido la Real Federación Hípica Española.
“Finalmente se saldó aquel plante con la descalificación de los jinetes que lo protagonizaron por parte de la Federación y al año siguiente no volvieron a venir con excepción del comandante Centenera, que pidió disculpas y explicó que se había equivocado pero que quería volver al concurso”, recuerda Barba.
No obstante, el director del concurso hípico no se quiere quedar solo con aquella mala experiencia y rememora otra mucho más agradable de la época en la que el evento se celebraba en el entonces polideportivo Príncipe Juan Carlos “cuando un almacenero del Ayuntamiento, Gregorio, hacía migas y caldereta la noche del día anterior a que finalizara el concurso. Era un momento de fraternidad entre todos los que hacíamos posible el concurso: jinetes, jurado, organizadores, patrocinadores… Todos los recordamos con mucho cariño”.
Vivirlo con intensidad
La relación de Nohemí Gómez-Pimpollo con el concurso de hípica, en cambio, se inicia hace tres años, justo cuando se convierte en concejal de Deportes “y más que mi primer recuerdo, me quedo con el que deben tener los organizadores de aquella concejala que llegaba con los ojos muy abiertos y casi tomando nota de todo lo que decía”, bromea, al tiempo que asegura que lo vivió con mucha intensidad y “disfrutándola desde el primer día”.
Tras destacar la importancia del apoyo de los patrocinadores, que han posibilitado que se ampliaran las actividades este año y que podrían tener continuidad en el tiempo dependiendo de la aceptación que tengan, tanto Nohemí Gómez-Pimpollo como Enrique Barba aprovechan para invitar a los ciudadanos a disfrutar de este evento durante los días que quedan y a que lo hagan con intensidad y aprovechando también las actividades paralelas de este 50 aniversario.