La temporada de caza mayor en Castilla-La Mancha y Ciudad Real ha sido “positiva” con carácter general, a pesar de la ausencia de lluvias arrastradas desde hace varios años que ha determinado la calidad de los trofeos.
El presidente de la Asociación nacional de Propietarios Rurales, Productores de Caza y Conservadores del Medio Natural (Aproca), Luis Fernando Villanueva, ha señalado a lanzadigital.com que la campaña, que se cerró el pasado 21 de febrero, ha estado marcada por la climatología, con falta de precipitaciones que condicionó la escasez de alimentos y que obligó a que “muchos cotos tuvieran que hacer una aportación suplementaria”.
De hecho, algunos trofeos de ciervas se han visto afectados por la sequía, aunque, según Villanueva, “no se puede hacer una valoración genérica” porque depende si los animales han estado en fincas abiertas o cerradas y de la calidad nutricional de su alimentación en primavera, que es cuando empieza el desarrollo de las cuernas.
En cuanto al número de animales abatidos, ha sido “aceptable” en ciervo y jabalí, especies que desde hace desde ocho o diez años han registrado “un incremento exponencial”, si bien en la provincia ha habido “un pequeño descenso en capturas de jabalí”, debido a la caza en espera, autorizada de manera excepcional, “que se ha notado”.
En concreto, la administración regional se autorizó como medida biosanitaria un periodo hábil de caza mediante la modalidad de aguardos nocturnos para el control de daños a la agricultura y a las especies silvestres y como medida preventiva de accidentes de tráfico, y para la reducción de las poblaciones de jabalí.
Villanueva ha recordado la expansión de esta especie a hábitats alejados del monte y su gran capacidad de adaptación, por lo que ha valorado la caza como una actividad importante para regular sus censos.
Sobre la celebración de monterías, orgánicas y cacerías en la temporada 2017-2018, ha dicho que se mantienen en las cifras de recuperación de las últimas campañas tras la crisis, y además ha apuntado que ha registrado un incremento de grupos de cazadores procedentes de Francia y Rusia (principalmente) para participar en monterías, un producto cinegético muy valorado en esos y otros países.
“Antes venían más extranjeros para el ojeo de perdiz, pero ahora llegan más número de personas en cantidad para participar en las monterías, típicas de nuestra cultura y tradición, y únicas en el sector a nivel internacional”. De hecho, Villanueva indica que en comunidades como Extremadura y Andalucía están promoviendo la figura de Bien de Interés Cultural (BIC) para este tipo “de modelo de gestión”.
Precios históricos
Otro de los factores que ha animado a los aficionados a abatir más ejemplares en la actual temporada son los precios de las canales de las especies cazables, sobre todo del ciervo.
En las pasadas temporadas había buenas cotizaciones, según Villanueva, desde el inicio de la temporada hasta Navidad, si bien este año de “manera excepcional” se han mantenido los precios “históricos” en los 3,80 euros el kilo en el caso de los cérvidos, y en los 1,60 euros el de jabalí.
“En los últimos 4 ó 5 años se han ido enmendando y ahora se han mantenido, explica el presidente de Aproca, gracias a los subproductos como las colas, los penes, las patas, y los tendones”, que representan el 20% sobre el precio total.
En cuanto al corzo, excepto en Guadalajara, el porcentaje de ejemplares abatidos ha sido menor, mientras que el muflón, también “ha estado bien”.
Sobre esta especie, Villanueva espera que en la próxima modificación del reglamento de la nueva ley se declare ‘naturalizada’ en vez de que se considere ‘exótica’, con el fin de que “se permita su gestión”.
Los datos concretos de las capturas se conocerán a mediados de año, cuando los cotos entreguen los balances.
Orden de vedas
Por otro lado, Villanueva ha hecho un llamamiento a la Consejería de Agricultura para que adelante la publicación de la orden de vedas a antes de mayo o junio, para así “poder planificar” la actividad por parte de los responsables cinegéticos.
Igualmente, el mismo portavoz ha destacado “la importancia” económica y social de la práctica cinegética, tal y como ha quedado reflejado en el estudio ‘Evaluación del impacto económico y social de la caza en Castilla-La Mancha’, realizado por Deloitte y la Fundación Artemisan, y financiado por la Junta de Castilla-La Mancha.
El sector genera 634 millones de beneficios, según el análisis, además de la aportación que suponen “otros intangibles” que se no se pueden medir con la metodología empleada por la consultora.
Sobre la ley de Caza que se está tramitando en las Cortes de Castilla-La Mancha, ha pedido que “los grupos dejen de utilizar la caza en la lucha política y que lleguen a acuerdos”.
“Si quieren saber lo que necesita el sector, que escuchen al sector”, ha esgrimido, a la vez que ha defendido el potencial de la esta actividad, tal como lo expondrán el próximo 15 de abril en 50 ciudades españolas. “Es una forma de vida y una actividad para el desarrollo de los pueblos y la conservación del medio rural”, ha sostenido.