La Festividad de los Dolores Gloriosos de Maria Desolada finalizó este domingo con la celebración de la solemne función religiosa en honor a la imagen titular de los Capuchinos.
La Junta de Gobierno de la Hermandad del Silencio estuvo acompañada en este acto religioso por el alcalde de Daimiel, Leopoldo Sierra, por la concejala de Cultura, Lourdes Cencerrado, por el presidente de la Junta de Hermandades, Ramón Galiana, y presidentes y representantes de otras hermandades de Pasión y de la Hermandad de la Virgen del Carmen.
El salesiano Joaquín Torres ofició la misa
La función, a la que asistieron una gran cantidad de fieles a la parroquia de Santa Maria la Mayor, estuvo oficiada por el salesiano Joaquín Torres, acompañado por José Carlos Sobejano, también salesiano, por Fray Javier de Maria, carmelita descalzo, y Valentín Vicente Sanchez-Rojas, consiliario de la cofradía. El acompañamiento musical corrió a cargo de la Coral Municipal Molto Vivace.
Los fieles pusieron así el broche de oro a un triduo que desde el pasado jueves se celebró en Santa María, con la participación de los sacerdotes, José Felipe Fernández, Miguel Ángel Jiménez y los dos sacerdotes salesianos anteriormente nombrados. La parte musical fue responsabilidad de José Antonio Moruno (jueves) y del coro de novicios pasionistas (viernes y sábado).
El presidente de la cofradía, Amalio Córdoba, agradeció en su nombre y en el del resto de su Junta la participación de todos estos sacerdotes, de los actuantes en la parte musical, de las autoridades que los acompañaron en la función, así como de los hermanos y hermanas capuchinos que han participado estos días en los actos religiosos.