Plaza de toros de Daimiel. Un cuarto de entrada.
Se lidiaron cuatro toros y dos novillos (3º y 6º) de Virgen María. Mejores primero y sexto. Bien presentados en general, aunque dos ejemplares saltaran a la arena con los pitones sangrando por los constantes derrotes en los chiqueros.
Rafaelillo, oreja y oreja.
Fernando Tendero, oreja y oreja.
El novillero, Carlos Aranda, ovación y dos orejas.
Los ejemplares de Virgen María lidiados ayer en Daimiel acusaron en demasía querencia a chiqueros. El hecho de haber sido desembarcados y exhibidos el día anterior tuvo una influencia negativa en el desarrollo del festejo.
Lo más destacado llegó en el magnífico sexto, al que dio brillante réplica Carlos Aranda.
Rafaelillo se justificó sin más, y Fernando Tendero destacó en las dos estocadas que recetó a su lote.
Como curiosidad apuntaremos que Carlos Aranda hizo el paseíllo con un terno negro y oro, y que lidió el sexto con uno blanca y azabache al resultar dañada la taleguilla inicial al entrar a matar a su primero.